La luz con la que brillaba en vida y dentro del campo de futbol se apagó. Lo que comenzó como una pasión, un hobbie y formación terminó siendo el motivo de su muerte.
Aquella tarde del viernes 21 de noviembre del 2014, jamás se olvidará. La tragedia interrumpió el encuentro amistoso entre los clubes de la categoría Chupones del SNTE 27 y Lobos del Soli, disputado en el centro de barrio Lombardo Toledano, un lugar que se caracteriza por ser un espacio donde las risas infantiles predominan..., pero ese día fue todo lo contrario.
Era un encuentro de preparación, donde ambos equipos se brindaban en el terreno de juego en busca del triunfo, cuando de pronto los gritos de gol se convirtieron en llanto y desesperación. Ante la mirada de padres de familia que se encontraban afuera de las instalaciones del campo, el arquero de Lobos del Soli, Luis Guillermo García García, de tan sólo 5 años de edad, se enredó con la red de la portería que defendía, lo que propició que esta le cayera al no encontrarse fija. La portería de metal terminó golpeando su cráneo.
De inmediato, familiares y compañeros de equipo del pequeño Guillermo trataron de auxiliarlo ante la ausencia de ayuda médica, un problema normal en las ligas infantiles de futbol en la capital sinaloense. De hecho, sólo la Liga Municipal Femenil Libre cuenta con paramédico durante los encuentros.
En primera instancia, colocaron al menor en una mesa de plástico tratando de reanimarlo, sin embargo, los esfuerzos fueron en vano. Minutos más tarde, paramédicos de Cruz Roja llegaron al lugar de los hechos, inmovilizaron a Luis Guillermo e inconsciente lo trasladaron de emergencia al hospital del Issste.
Guillermo era un guerrero que jamás se daba por vencido y eso lo demostró hasta el último momento. Ahora el arquero jugaba el partido más difícil e importante de su vida: se debatía entre la vida y la muerte.
Perdió la batalla
La fortaleza de Luis Guillermo lo hizo resistir sábado y domingo, sin embargo, el lunes 24 de noviembre, el campeón, como era conocido, perdió la batalla a consecuencia de un traumatismo craneoencefálico nivel 3.
A dos años de este trágico fallecimiento, provocado por el impacto de una portería en la cabeza del niño, la falta de seguridad en los campos deportivos de Culiacán continúa. Si bien fue un accidente, este pudo evitarse. ¿Qué acciones han aplicado las autoridades deportivas para evitar esto de nuevo?
Sólo promesas
Gabriel García Rodríguez, padre de Luis Guillermo, explicó a EL DEBATE el incumplimiento en los compromisos entablados en su momento por las autoridades municipales. Nos recibe en su consultorio, donde trabaja como odontólogo, habla sobre el sueño que cumplió su pequeño y sobre lo que ha pasado después del trágico
Accidente
Con voz entrecortada, Gabriel recuerda a su hijo. Es importante que pudiera cumplir uno de sus sueños más grandes: jugar fubol. “Desde siempre, a Luis Guillermo le gustaba el futbol, ya que siempre lo traía a los campos en los partidos de su hermano mayor, Gabriel Omar, quien jugaba en las categorías mayores de los Lobos del Soli. Guillermo siempre se sintió orgulloso de su hermano, era su ídolo, siempre le echaba porras y pues él también quería ser parte de Los Lobitos, sueño que sí se le cumplió al ingresar a la categoría Chupones, en septiembre del 2014”, mencionó.
Tras hacer una pausa recordando los inicios de su hijo en el futbol, Gabriel expresa lo que las autoridades le prometieron después de lo sucedido.
“Yo abordé al presidente municipal Sergio Torres, le dije que yo era el papá del niño del accidente de la portería y la verdad sí se portó amable; me hizo el compromiso de que la seguridad de las porterías iba a cambiar, mencionó que las sujetarían o las harían de tubos de PVC, pero yo he visto que a dos años de lo sucedido las cosas siguen igual. De hecho, ni siquiera en el campo donde ocurrió el accidente se hizo algo”.
Recuerda el otro caso
“También está el otro caso del niño de Los Mochis, que le ocurrió lo mismo que a mi hijo. Algo tienen que hacer las autoridades; cambiar las porterías, que las hagan fijas o que sean de PVC, como lo prometieron. Aquí la idea es que no vuelva a suceder otro accidente como el que le ocurrió a mi hijo y al niño de Los Mochis. Ojalá que otra familia no sufra lo que ya sufrimos dos familias”, recalcó. En aquel día de luto, el primero que expresó su sentir fue el director de los centros de barrio del Ayuntamiento de Culiacán, Rabindranath Castro Corona, quien expresó: “Respecto a las medidas para evitar otro accidente en el futuro, tendremos que hablar con todas las autoridades.
Yo sugiero armar porterías con tubos de PVC, aun así, debidamente sujetas”. Sin embargo, a pesar de las tragedias y compromisos, nada cambió. A raíz de lo sucedido, Gabriel Omar García, hermano mayor de Luis Guillermo, dejó de practicar la disciplina que tanto le apasionaba a la familia García García, misma que por falta de seguridad terminó con la vida de dos pequeños deportistas llenos de sueños.
Fuente: El Debate