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Jueves, 13 Octubre 2016 02:41

Redistritación del INE pone en riesgo cacicazgos de la Sierra

En caso de poner en el distrito II a Teziutlán y Xicotepec y en el Distrito 6 a Huauchinango y Zacatlán. El INE plantea que tanto Xicotepec como Zacatlán podrían perder la condición de cabeza distrital ya que ésta pasaría a Teziutlán en el primer caso y Huauchinango la conservaría en el segundo

  • Luis García / @luis_ggarnica


En caso de concretarse la redistritación propuesta por el INE a fin de incluir en el Distrito 2 a Teziutlán y Xicotepec, y en el Distrito 6 a Huauchinango y Zacatlán, varios cacicazgos de la Sierra Norte de Puebla resultarían afectados ante la dificultad por alcanzar un acuerdo para definir a los candidatos.


Los cacicazgos de los Jiménez Morales, Amador y los Urzúa en Huauchinango, los Vargas y Barragán en Xicotepec y la de los Rivera y Lastiri en Zacatlán, se verían quebrantados por dicha determinación.


Fue en los años ochenta cuando en Huauchinango, Guillermo Jiménez Morales emprendió la primera gran dinastía de cacicazgo, llegando en dos ocasiones a la Cámara de Diputados y posteriormente a la gubernatura del estado.


Luego de salir del Gobierno del Estado en 1987, Guillermo Jiménez Morales dejó a su hermano Alberto como jefe asesor del entonces gobernador del estado Mariano Piña Olaya. No se movía una hoja en la zona si los Jiménez Morales no lo aprobaban.


Años después en Huauchinango los Amador tomaron el control político de este municipio, encabezados por Alberto Amador Leal, funcionario y diputado federal y local, quien impulsó a sus sobrinos para hacerse de capital político, primero imponiendo a Carlos Martínez Amador como alcalde y después al hermano de éste, Omar Martínez, aunque al final de cuentas “chaquetearon” y se fueron con el PAN y el PRD.


En la pugna por el control político de este municipio surgió el empresario Ricardo Urzúa Rivera, quien intentó en varias ocasiones obtener una candidatura a un puesto de elección popular, sin embargo, no fue sino hasta 2010 cuando la logró con la intención de ser diputado local, aprovechando su cercanía y las sociedades en diversos negocios que mantuvo con Mario Marín Torres, “El góber precioso”.


Dejó el Congreso local para irse de diputado federal, aprovechando que Ardelio Vargas dejó el cargo para venir al gabinete morenovallista. Recientemente fue senador de la República por un año, luego de la licencia que solicitó Raúl Cervantes Andrade, de quien era suplente cuando intentó llegar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y se quedó en el camino.


Sierra Norte, donde el poder se hereda


Durante la administración estatal de Guillermo Jiménez Morales, Marco Antonio Fosado Ortiz fue presidente municipal y diputado local por Xicotepec, junto con su hermano Emigdio; personajes que son tíos de Ardelio Vargas Fosado a quien le heredaron el cacicazgo de la región.


Vargas Fosado además de haber sido titular de la Agencia Federal de Investigaciones y diputado federal, gobernó Xicotepec entre 1987 y 1990. Desde el sexenio de Felipe Calderón este municipio se convirtió en “propiedad” de Ardelio y su familia.


Ardelio “heredó” a su hija Lupita Vargas la diputación federal, ya que el ex secretario morenovallista ocupó el Distrito 1 del 2009 al 2012 e inmediatamente después fue designada como candidata su hija Lupita.


Lastiri presume cacicazgo de Zacatlán


En Zacatlán rumbo a la elección de diputados federales en 2015 se vivió un jaloneo entre las dos familias que ostentan el poder en este municipio perteneciente al actual distrito II; la familia del actual diputado federal Lorenzo Rivera Sosa –que ha controlado el municipio vecino de Chignahuapan por más de 20 años- y los Lastiri, de la mano del subsecretario de la Sedatu, estuvieron a punto de perder el cacicazgo en este municipio de la mano del candidato de Acción Nacional a la diputación federal, Mario Alberto Cruz.


Con la nueva redistritación planteada por el Instituto Nacional Electoral (INE), tanto Xicotepec como Zacatlán perderían la condición de cabeza distrital ya que ésta pasaría a Teziutlán en el primer caso y Huauchinango la conservaría en el segundo, lo cual quedaría definido de acuerdo con la densidad de población que hay en cada municipio.