Luego de veintitrés años de casado, Javier López Zavala pretende dejar en la calle a su esposa Leticia Maribel Villafuerte y a sus dos hijos (María Fernanda y Javier), ya que a través de un acuerdo de divorcio incausado ofrece ‘migajas’ a sus vástagos, mientras que a su aun cónyuge niega a darle una pensión bajo el argumento de que tiene una profesión y puede trabajar para mantenerse.

En caso de no aceptar los 5 mil pesos para vestido al semestre destinados a sus hijos, así como los 9 mil pesos mensuales para la alimentación de ambos, el candidato fallido del 2010 propone vender la casa en la que han vivido en el Fraccionamiento Arboledas de San Ignacio –valuada en 2 millones 112 mil pesos– y con ello quedarse con el 50 por ciento y el resto repartido entre su esposa e hijos y de esta forma desentenderse para siempre de ellos.

Por si fuera poco condiciona que si alguno de sus familiares “ataca su figura política”, todo acuerdo que se pudiera firmar, se echa abajo, según consta en documentos obtenidos por CAMBIO en el juzgado familiar donde presentó la propuesta de divorcio incausado.

Apenas el pasado 25 de noviembre, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el priista condenó la violencia económica, física y psicológica contra las féminas, así como la desigualdad económica de género.

“Debemos exigir a las instancias del Gobierno del Estado a abordar de manera explícita la prevención primaria de la violencia contra las mujeres. Establecer políticas específicas y proactivas de tolerancia cero a la violencia contra las mujeres. Debemos empoderar a las mujeres políticamente, socialmente y económicamente”, dijo en ese evento organizado por la presidenta estatal del Organismo Nacional de Mujeres Priistas (Onmpri), Sandra Montalvo Domínguez.

Las migajas que pretende heredar

López Zavala amasó una gran fortuna desde la administración de Mario Marín Torres (2005-2011) en la que fungió como secretario de Gobernación (hoy Secretaría General de Gobierno), de Desarrollo Social, además que consiguió hacerse de la candidatura a la gubernatura en la elección del 2010 cuando fue arrasado por el hoy gobernador Rafael Moreno Valle. También ha sido diputado federal y local, entre otros cargos públicos.

Durante el proceso electoral de hace seis años, el priista declaró poseer 7 millones de pesos, producto de 23 años de carrera política, en los que cada año ha ganado mínimo un millón 300 mil pesos –según su declaración patrimonial– pero en los documentos del juicio de divorcio exprés que inició, justifica su “pobreza” para no compartir sus bienes con la madre de sus hijos y éstos, a pesar que en el acta de matrimonio firmada el 11 septiembre de 1993 se casó por bienes mancomunados.

A María Fernanda y a Javier les quiere dar 9 mil pesos mensuales para comida, además de cinco mil pesos a cada uno cada seis meses para vestir y pagar personalmente sus colegiaturas y gastos médicos, siempre y cuando esté “debidamente justificado”.

En las muestras de “generosidad” del marinista, ofrece una camioneta Jeep modelo 2010 a su hija, una Suburban vieja, modelo 2007 a su hijo y él quedarse con una Suburban 2015 que aún no termina de pagar. En la negociación, Zavala no incluyó sus negocios como gasolineras.

El eterno aspirante a gobernar Puebla manifiesta que no le interesa la patria potestad de sus hijos debido a que éstos son mayores de edad.

Cabe señalar que en su participación en dicho foro el pasado 25 de noviembre, presumió que a raíz de un problema en el corazón que tuvo su hija hace seis años, fundó una agrupación para apoyar a quienes presenten la misma problemática, pero fuentes de la familia revelaron a CAMBIO que la fundación nunca llevó el nombre de María Fernanda y que únicamente se creó pata promover su imagen en la campaña del 2010.

Advierten que si no aceptan, vende la casa

En las cláusulas del convenio que presentó Javier López Zavala a Leticia Maribel Villafuerte advierte que si sus hijos y ex pareja no aceptan sus peticiones, venderá la casa en la que han vivido durante los últimos años, ubicada en el Fraccionamiento Arboledas de San Ignacio –valuada en 2 millones 112 mil pesos- para entregar a los tres el 50 por ciento y él quedarse con el resto. En sus peticiones también figura llevarse su recámara.

En la sección ‘En Esto Creo’ en 2010, López Zavala contó a CAMBIO que el mejor momento de su vida fue cuando nacieron sus hijos. “Cuando sientes en tu corazón esa enorme alegría que no se puede comparar con nada. Y que sólo se siente en el momento que puedes ser padre. Significa responsabilidad, pero también una bendición, porque estás trayendo al mundo al ser más querido. Por ellos damos la vida, por ellos trabajamos, son nuestro orgullo y nuestra razón de ser”, dijo en ese entonces.

López Zavala ha ostentado cargos públicos desde 1999, el último de ellos diputado federal, y en sus discursos en cualquier acto político siempre ha enaltecido a la mujer, además de hacer llamados a no permitir ni ejercer ningún tipo de violencia contra ellas.