El reciente bloqueo de vías ferroviarias en la zona de Chapulco, que se mantuvo durante 18 días, ha puesto en evidencia los problemas que enfrentan los habitantes de la región debido a las actividades de la empresa Ferrosur.
La medida de protesta optada por los pobladores en respuesta a la afectación del principal pozo de agua de la comunidad, que resultó dañado tras un descarrilamiento de tren; sin embargo, las consecuencias del paso constante de los trenes van más allá del acceso al agua potable, extendiéndose a la infraestructura local y a la producción agrícola de la región.
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Los habitantes de Chapulco denunciaron que las vibraciones provocadas por el paso del tren han causado daños significativos en unas 200 viviendas y escuelas, donde se observan cuarteaduras en paredes, techos y pisos.
Una de las instituciones más afectadas es la telesecundaria de la comunidad, donde los estudiantes de tercer grado toman clases en un aula con paredes visiblemente dañadas y de acuerdo con los padres de familia, año con año se ven obligados a organizarse para realizar reparaciones, las cuales solo logran mantener las aulas en condiciones aceptables por unos pocos meses.
El presidente auxiliar de la comunidad, Vicente Carrera, aseguró que desde hace más de dos años y medio se firmaron alrededor de 20 convenios entre las autoridades y Ferrosur para solucionar estos problemas, pero ninguno se ha cumplido.
El sábado pasado, Ferrosur firmó un nuevo acuerdo con la comunidad, comprometiéndose a la construcción de una planta potabilizadora para restablecer el suministro de agua limpia, aunque los pobladores mantienen sus reservas, pues afirman que los engañaron en repetidas ocasiones.
Con el conflicto aún latente, los habitantes de Chapulco exigen que las autoridades y la empresa cumplan con su compromiso y tomen medidas urgentes para reparar el daño causado.
Por lo anterior, advirtieron que de no cumplirse lo acordado, volverán a bloquear las vías ferroviarias, incluyendo el túnel ferroviario de Chapulco, en señal de protesta.