Durante el mes de mayo, la laguna grande de San Bernardino, ubicada en el municipio de Vicente Guerrero, fue escenario de un preocupante fenómeno que dejó perplejos a los habitantes de la región: la muerte masiva de cientos de peces.
Ante la gravedad de la situación, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) decidió tomar muestras y realizar estudios exhaustivos para determinar la causa de este suceso.
Los resultados preliminares de los análisis han revelado altos niveles de amonio y una significativa falta de oxígeno en el agua de la laguna.
Se evaluaron seis parámetros químicos clave: pH, nitritos, amonio, oxígeno, temperatura y salinidad, y aunque el pH se mantiene en niveles óptimos, los resultados mostraron un nivel de amonio de un miligramo por litro, considerado peligrosamente alto.
Además, el oxígeno disuelto en el agua se encuentra en solo 2.25 miligramos por litro, cuando el rango ideal es de 4 a 7 miligramos por litro, lo que representa una seria amenaza para la vida acuática.
Estas condiciones no solo dificultan la supervivencia de muchas especies de peces, sino que también pueden fomentar la proliferación de materia orgánica y microalgas, elevando aún más los niveles de amonio y nitritos.
Y es que la falta de oxígeno es especialmente dañina para las especies de peces de la laguna, con excepción de la mojarra y la carpa, que pueden autorregularse y tomar aire atmosférico, por otro lado, el pez blanco, incapaz de realizar esta adaptación, ha sido la especie más afectada.
Ante esta grave situación, se han emitido recomendaciones urgentes para la comunidad local con el objetivo de mitigar el impacto y prevenir futuras muertes.
Se solicitó tratar el agua mediante el uso de splash o aireadores de propela para incrementar la oxigenación, además de administrar antibióticos a los peces y dar baños de sal a los que se extraigan de la laguna para combatir infecciones bacterianas.
