Los episodios son del conocimiento de la opinión pública.
El jueves 19 de septiembre fue encontrado un cuerpo desmembrado a orillas de la autopista, tramo Cuacnopalan – Amozoc, a escasos kilómetros del Arco de Seguridad de Palmar de Bravo. En una cartulina el crimen se atribuye a un líder huachicolero del Triángulo Rojo.
La madrugada del sábado 21 de septiembre delincuentes dejaron siete cuerpos descuartizados y calcinados en dos vehículos en Santa María Xonacatepec. Las primeras versiones señalan que el multihomicidio es una acción de bandas delictivas de Amozoc protegidas por el alcalde Mario de la Rosa.
El mismo día en el municipio de Tehuacán un comando de la delincuencia “desorganizada” (es decir un tanto incompetente) asaltó una camioneta que llevaba tres cajeros automáticos. Sin problemas, ni contratiempos atravesaron toda la ciudad que desgobierna Pedro Tepole, llegaron hasta el municipio de Chapulco donde se percataron que los mecanismos no llevaban efectivo y ahí los dejaron en medio de un camino de terracería.
Informantes del bajo mundo aseguran que ese grupo es el mismo que torturó y asesinó a Ramón Camarillo Mirón, tío del Senador Néstor Camarillo.
Ayer domingo 22 el “Grupo de Operaciones Especiales Mencho GOEM”, brazo élite del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) dejó una camioneta con dos cuerpos en la colonia La Loma, perímetro del mercado Hidalgo de la ciudad de Puebla.
El escenario es evidente.
Diferentes grupos y células criminales se muestran desafiantes.
En Cúpula explicamos este fenómeno desde hace meses. La delincuencia aprovecha los periodos de transición para expandir su poder.
Utilizan los meses en que la administración saliente todavía no se va y la entrante aún no llega.
El caso particular del Cártel Jalisco es preocupante. Sus acciones son desplantes, desafíos, públicas provocaciones. Tienen toda la intención de enquistarse en la Zona Metropolitana de Puebla (ZMP) y existen evidencias de una serena presencia en Tehuacán. Como si estuvieran incubando una nueva célula.
Urge una reunión cumbre entre la administración saliente y entrante para iniciar un operativo coordinado a la brevedad. Esperar a los días de la toma de protesta constitucional y protocolaria solo provocará una secuencia de mayores hechos criminales.
También lo hemos subrayado en diferentes entregas de Cúpula; el eje central de una nueva estrategia de Seguridad debe basarse en un órgano de inteligencia policiaca.
Enviar rondines de unidades del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y Policía Estatal representa la fase fundamental de vigilancia, el patrullaje, pero no se está haciendo labor de investigación, misma que es urgente.
TOLERANCIA CERO
Uno de los modelos de éxito en Seguridad Pública lo aplicó el gobierno de Marcelo Ebrard en el entonces Distrito Federal.
La tesis central de su asesor, el ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani se llama Tolerancia Cero y estriba en no permitir los menores actos delictivos como una forma de inhibir la cadena criminal desde sus bases.
Al perseguir y castigar las pequeñas infracciones se crea un ciclo, una secuencia que desemboca en cercar a los grupos delictivos.
No se pueden permitir los actos de vandalismo juvenil en la isla de Angelópolis y de la misma forma se debe actuar con mano firme contra los “arrancones” que abiertamente se organizan en diferentes puntos de la Zona Metropolitana de Puebla (ZMP).
También se debe aplicar la máxima de Tolerancia Cero a alcaldes como Mario de la Rosa que sin pudor y sin rubor protegen a grupos criminales de alta peligrosidad.
No puede haber complacencia con alcaldes coludidos con organizaciones delictivas.
La lucha contra el crimen inexorablemente debe comenzar en algunas presidencias municipales.
El tiempo nos dará la razón.
Como siempre quedo a sus órdenes.
X @CupulaPuebla
