Tras el reciente reporte de estudiantes universitarios de química siendo reclutados por el crimen organizado en México, recordamos el caso de una profesionista enrolada a sus filas, Ana Gabriela Rubio Zea. La joven empresaria, con estudios de ingeniera aeroespacial en una universidad italiana, y ciudadana guatemalteca de 32 años, fue acusada de ser intermediaria en el tráfico de precursores químicos para la fabricación de fentanilo para el Cártel de Sinaloa.
Rubio Zea fue detenida en marzo de 2023 en Guatemala, bajo una orden de extradición emitida por Estados Unidos. Según investigaciones, desde 2014 gestionaba la adquisición de precursores químicos en China, utilizando una empresa de importación y exportación para facilitar el tráfico de fentanilo. Dichos insumos eran clave para el Cártel de Sinaloa, específicamente para la facción liderada por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, conocidos como Los Chapitos.
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Las autoridades estadounidenses presentaron pruebas de conversaciones intervenidas que revelan cómo Rubio Zea negociaba con proveedores chinos, garantizando envíos camuflados para evadir controles aduaneros. Su habilidad para conectar actores globales de la industria química la convirtió en un enlace crucial para esta organización delictiva.
En julio de 2023, Rubio Zea fue extraditada a Estados Unidos y enfrenta cargos por conspiración para manufacturar y distribuir fentanilo, así como lavado de dinero. Aunque se declaró inocente, su caso es clave para desarticular la compleja red internacional de tráfico de fentanilo liderada por Los Chapitos.
La justicia estadounidense continúa su proceso para determinar su culpabilidad o si Ana Gabriela Rubio Zea pudiera llegar a un acuerdo de colaboración con la justicia estadunidense, a más de un año de su detención.