Rosa María huyó con sus hijas del municipio de Ixtepec por la violencia y amenazas en contra de ellas por parte de su marido. Al llegar a Puebla capital un ‘diablero’ de la Central de Abasto comenzó a acecharlas, invadiendo su casa para drogar y asesinar a su hija. Al pedir ayuda, la agente del MP la inculpó por el asesinato de su menor hija de 12 años. Fue encarcelada desde 2020 y se le negó el acceso a un traductor para que se pueda defender. Ella solo habla totonaco por lo que su juicio se ha aplazado por más de 36 meses.
Entre rejas, es como vive Rosa María, una mujer indígena analfabeta de 34 años que se encuentra encarcelada desde septiembre de 2020. Fue acusada de homicidio en razón de parentesco y corrupción de menores. La Fiscalía General del Estado (FGE) la señala por haber matado y prostituido a su propia hija, que tenía 12 años de edad.
En entrevista para Diario CAMBIO, Patricia Vázquez, abogada de Rosa María contó el calvario que vive esta mujer indígena. Desde hace casi cuatro años que tuvo que dejar su natal Ixtepec debido a que el padre de sus hijas intentó abusar sexualmente de ellas.
Rosa María, tomó a sus dos hijas y se refugió al norte de la ciudad de Puebla, en la junta auxiliar de La Resurrección. En ese lugar rentó un pequeño cuarto para vivir con sus pequeñas de 12 y cinco años. Después, consiguió trabajo limpiando pollos en la Central de Abastos, en donde comenzó su infierno.
En la Central de Abastos conoció a un hombre, identificado como F. quien la acosó al grado de seguirla hasta el sitio en donde vivía con sus dos menores hijas. Constantemente la esperaba afuera de su casa para molestarla e insinuársele.
Su acosador se metió a su casa y mató a su hija de 12 años
Un día, al llegar a su casa, Rosa María se encontró con el diablero en la ventana de su vivienda platicando con la mayor de sus hijas.
Rápidamente entró a su vivienda y vio a su hija mayor mareada y a punto de desmayarse. De inmediato la llevó al Hospital de Traumatología y Ortopedia situado en la lateral de la autopista México-Puebla, en donde murió horas más tarde.
Los médicos le recomendaron a la mujer de 34 años levantar la denuncia correspondiente para que se diera inicio con la Carpeta de Investigación pertinente.
Sin embargo, la agente del Ministerio Público no le creyó. Le pidió retirarse, por lo que Rosa María tomó la decisión de regresar a su comunidad para enterrar a su hija. La menor murió el 7 de septiembre de 2020 por intoxicación. Nunca se supo qué fue lo que le hizo daño. Cuando las autoridades iban a practicarle la necropsia, la supuesta droga que le dieron ya no estaba en su cuerpo.
Los ministeriales buscaron a esta madre de familia y en pleno entierro la detuvieron y abrieron la Carpeta de Investigación con el número CDI/426/2020/UIEHOM. Asimismo, fue detenido el trabajador de la central identificado como F. Mientras tanto su menor hija se quedó al resguardo de una de sus tías en su natal Ixtepec.
Después de tres años, Rosa María tendrá su primer juicio con un intérprete
Durante aproximadamente un año y medio, el estado nunca le hizo saber a Rosa María que podía solicitar un intérprete. Ella sólo habla totonaco, situación que complicó más el caso pues durante ese lapso nunca se llevó a cabo ninguna audiencia.
Tiempo después y con ayuda de la abogada Patricia Vázquez, la mujer empezó a conocer sus derechos y pidió que se le pusiera a un traductor. Pero nuevamente se topó con pared, ya que cuando lo pidió, el Instituto de Lenguas Indígenas no contaba con uno.
Cabe mencionar que hace apenas una semana, Rosa María fue trasladada al penal de Ciudad Serdán. Permaneció más de tres años en el Centro de Reinserción Social de San Miguel, en la capital poblana. En ese mismo lugar se mantiene preso su acosador y asesino de su hija.
Después de casi cuatro años, por fin comenzará el juicio de esta mujer, la cual, se agendó para el próximo 18 de marzo. En esa fecha se expondrá el caso y posibles testigos declararán.