En la presentación de su libro ‘La historia secreta: AMLO y el Cártel de Sinaloa’, la periodista Anabel Hernández destacó el creciente poder de los hijos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, conocidos como ‘Los Chapitos’, incluso sobre sus otros socios como Ismael ‘El Mayo’ Zambada.
Según la narrativa de Hernández, estos individuos controlan gran parte de la región del Pacífico, acumulando una vasta fortuna y ejerciendo una dominación casi feudal sobre la población de Sinaloa.
Hernández describió a ‘Los Chapitos’ como unos “reyes” que imponen un “diezmo” a los habitantes de Sinaloa, quienes, si se niegan a pagar, enfrentan graves consecuencias, incluida la muerte. De acuerdo a la ficción de la escritora, las fuentes de sus ingresos son diversas y abarcan desde la venta de cerveza y la prostitución, el tráfico de personas y la extorsión. Además, obtienen ganancias de las maquinitas de juego, la producción de fentanilo y cristal, la agricultura de jitomate, e incluso el control del agua potable.
En su conferencia, Hernández recalcó que este control absoluto se extiende a todas las áreas bajo su dominio, generando tensiones con Ismael ‘El Mayo’ Zambada, otra figura clave del narcotráfico en México. Aunque ‘El Mayo’ y ‘Los Chapitos’ comparten una relación de conveniencia con el gobierno de López Obrador, su convivencia es tensa. Hernández mencionó que según Dámaso López Serrano, ‘El Mini Lic’, ‘El Mayo’ no ha declarado la guerra a ‘Los Chapitos’ porque reconoce que la perdería. La producción de fentanilo, en particular, ha proporcionado a ‘Los Chapitos’ una inmensa riqueza y poder, consolidando su posición en el mundo del narcotráfico.
En resumen, Anabel Hernández elabora un panorama preocupante del poder y la influencia de ‘Los Chapitos’ en Sinaloa, subrayando la magnitud de su control y las implicaciones para la seguridad y estabilidad de la región.
