En México, muchos empleados se cuestionan si las empresas están obligadas a aumentar su salario cada año, por lo que la Ley Federal del Trabajo (LFT) establece lineamientos que permiten entender cuándo un incremento es obligatorio y cuando depende de otros factores, como las políticas internas y los acuerdos contractuales.
La legislación mexicana no obliga a los empleadores a incrementar de manera automática el salario de todos los trabajadores cada año, pero sí exige que el sueldo sea remunerador, se pague puntualmente y nunca sea inferior al salario mínimo vigente. Mientras se cumplan estos requisitos, no existe un porcentaje ni un ajuste anual obligatorio para quienes perciben más del mínimo.
El único caso donde sí aplica un aumento automático es para quienes ganan el salario mínimo general o profesional, ya que cada 1 de enero, la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) determina el ajuste que los empleadores deben aplicar de forma inmediata. Para 2026, el salario mínimo general aumentará 13%, alcanzando 315.04 pesos diarios, mientras que en la Zona Libre de la Frontera Norte subirá 5%, llegando a 440.87 pesos diarios.
En contraste, quienes perciben más del mínimo dependen de otros mecanismos, como las políticas internas de la empresa, contratos individuales o colectivos que estipulen incrementos o ajustes derivados de la competitividad del mercado laboral. En estos casos, el salario puede aumentar por desempeño, inflación o tabuladores internos, siempre que estén formalizados.
Finalmente, la ley tampoco obliga a que los sueldos superiores al mínimo se ajusten conforme a la inflación, ya que aunque este factor sí influye en la determinación del salario mínimo, no aplica de manera general.
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