Durante la temporada de lluvias, que en México inicia en mayo y se intensifica en junio, el consumo de gasolina en los vehículos tiende a aumentar, aunque muchos conductores lo desconocen. Diversos factores provocan este incremento, varios de ellos relacionados con el propio uso del automóvil en condiciones climáticas adversas.
El uso constante de sistemas como limpiaparabrisas, luces y desempañadores exige energía adicional al alternador, el cual es impulsado por el motor. Esta demanda provoca un mayor esfuerzo del vehículo, lo que se traduce en un mayor gasto de combustible. De igual forma, el aire acondicionado, empleado comúnmente para desempañar los vidrios, también representa una carga extra para el motor.
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Además, las condiciones del tráfico durante las lluvias, con constantes frenos y arranques, reducen la eficiencia del motor. Otro factor es la baja presión en las llantas causada por el clima frío, lo que incrementa la resistencia al rodamiento y el consumo de gasolina.
Para reducir el gasto de combustible en temporada de lluvias, se recomienda conducir a velocidad moderada y constante, mantener distancia suficiente para evitar frenadas bruscas, evitar zonas encharcadas que generen resistencia adicional, y planear rutas con menos tráfico. Asimismo, es clave mantener el vehículo en óptimas condiciones: con neumáticos bien inflados, filtro de aire limpio y sistemas eléctricos funcionales.
Con estas medidas, los automovilistas pueden enfrentar la temporada de lluvias con mayor eficiencia y menor impacto económico por el consumo excesivo de gasolina.