A pesar de la latente amenaza de aranceles por parte de Estados Unidos y su impacto directo en la industria automotriz, la economía de Puebla demostró estabilidad en el segundo trimestre de 2025, manteniendo un ritmo de recuperación en el PIB impulsado por el dinamismo de su sector terciario.
De acuerdo con el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE), publicado por el INEGI, Puebla registró un crecimiento del 2.0 por ciento en su actividad económica durante el segundo trimestre de 2025, en comparación con el trimestre inmediato anterior (cifras desestacionalizadas).
Este crecimiento trimestral, uno de los más destacados a nivel nacional, fue determinante para amortiguar el impacto anual de la crisis industrial.
El motor principal de este repunte fue el sector terciario de comercio y servicios, que mostró un crecimiento interanual del 2.2 por ciento (cifras originales). Este desempeño positivo permitió que la economía, en su conjunto, no sufriera una caída más profunda, incluso cuando el dato global anual se ubicó en –0.7 por ciento respecto al segundo trimestre de 2024.
En contraste, el sector más afectado fue el secundario, que incluye la manufactura automotriz, el cual registró una contracción de -5.8 por ciento a tasa anual, convirtiéndose en el principal lastre para el crecimiento estatal.
La contracción del sector industrial se produce en un entorno de alta volatilidad comercial, marcado por la amenaza de Estados Unidos de imponer aranceles de hasta el 25 o 30 por ciento, según algunas advertencias, a los vehículos y autopartes importados desde México.
El impacto de estas medidas en Puebla es especialmente sensible, ya que la industria automotriz representa en 2025 aproximadamente el 43.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del estado y genera cerca de 65 mil empleos directos.
Uno de los aspectos de mayor vulnerabilidad para la entidad radica en su fuerte dependencia del mercado estadounidense: seis de cada diez automóviles exportados por las plantas armadoras Audi y Volkswagen tienen como destino final el país vecino del norte.
Como consecuencia de esta incertidumbre, reportes empresariales indican que diversas empresas proveedoras y de autopartes han congelado sus planes de inversión en la entidad, lo que impacta negativamente en la producción y el flujo de capital, reflejándose directamente en la caída del -5.8 por ciento en la actividad secundaria.
El desafío para Puebla en la segunda mitad de 2025 es mantener el dinamismo del sector servicios, mientras se busca la estabilización del sector automotriz, cuya recuperación es esencial para lograr un crecimiento sostenido y revertir el saldo negativo a tasa anual.
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