Una larga noche será la de este domingo para los más de 7 mil 200 trabajadores de Volkswagen que quedaron en la incertidumbre tras el desacuerdo entre el sindicato y la empresa. La armadora ofreció un aumento salarial de entre 3 y 4 por ciento. Mientras que el Sindicato Independiente de Trabajadores de Volkswagen (Sitiavw) redujo su propuesta inicial del 14 al 8 por ciento, sin que hasta ahora exista un acuerdo definitivo.
Fuentes del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL), con sede en la Ciudad de México, informaron a este medio que las partes continúan esta noche y madrugada en diálogo para definir el incremento correspondiente a 2025.
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La plantilla se encuentra en zozobra por lo que pueda ocurrir, pues en 2024 la revisión salarial se prolongó durante agosto y septiembre. Entonces fue necesario realizar dos consultas a los trabajadores. En la primera, celebrada a finales de agosto, el 55.7 por ciento de los agremiados rechazó la propuesta patronal y el resto la aceptó. La diferencia fue de 805 votos.
En aquel año, Volkswagen ofrecía un incremento del 10.59 por ciento, mientras que los obreros pedían el 25 por ciento. Tras semanas de negociaciones, se llevó a cabo un segundo ejercicio el 13 de septiembre. El hartazgo se hizo evidente debido al paro de actividades que golpeaba la economía de las familias trabajadoras.
La negociación de 2025 se desarrolla en condiciones atípicas, pues la situación global de la empresa no es favorable. Los aranceles impuestos por Donald Trump complicaron el panorama, y aunque no afectan directamente a la planta instalada en el municipio de Puebla, las utilidades locales no son suficientes para compensar las pérdidas globales.
Ofrecimiento de VW, por debajo de otras armadoras
El ofrecimiento de Volkswagen resulta bajo en comparación con lo acordado por otras plantas automotrices en el país. En México se producen vehículos de marcas como Audi en Puebla; BMW en San Luis Potosí; Ford en Sonora y Estado de México; General Motors en Coahuila, Estado de México y Guanajuato; Honda en Jalisco y Guanajuato; JAC en Hidalgo; KIA en Nuevo León; Mazda en Guanajuato; Nissan en Aguascalientes y Estado de México; Stellantis en Coahuila y Estado de México; y Toyota en Baja California y Guanajuato.
Los incrementos más recientes muestran que las armadoras han otorgado ajustes por encima del 5 por ciento. En mayo, Stellantis concedió un aumento del 9.6 por ciento al salario global. La planta de KIA en Nuevo León aprobó un alza directa al salario del 8.5 por ciento. En marzo, Mazda en Salamanca, Guanajuato, otorgó un incremento del 9.5 por ciento, de los cuales 7 puntos correspondieron al salario y el resto a prestaciones.
Hyundai también cerró este año con un aumento del 8.5 por ciento directo al salario de sus empleados. El 4 de abril, General Motors en Ramos Arizpe, Coahuila, pactó un incremento de 10.8 por ciento al salario. En Silao, Guanajuato, la misma compañía otorgó un ajuste del 10.22 por ciento. Incluso Audi, ubicada en San José Chiapa Puebla, que presenta peores resultados financieros que Volkswagen, concedió un 5.3 por ciento de aumento a más de 4 mil trabajadores.
El peso de la planta Puebla
La planta de Puebla es una de las más importantes del Grupo Volkswagen en el mundo, ya que cuenta con todos los procesos necesarios para la fabricación de vehículos, desde el estampado hasta el ensamble final. A pesar de esta relevancia estratégica, el ofrecimiento patronal de 3 a 4 por ciento está muy por debajo de lo alcanzado por otras armadoras.
La negociación continúa y el desenlace marcará el rumbo laboral para más de 7 mil familias que dependen de la planta. Por ahora, la expectativa de los trabajadores es que la armadora mejore su propuesta para evitar un nuevo episodio de conflicto como el vivido en 2024.