La rectora Lilia Cedillo tomó el ‘toro por los cuernos’ para desenredar la situación crítica que llevó a la toma de Ciudad Universitaria y la paralización de actividades en por lo menos quince facultades. Eligió intervenir donde todo empezó, la facultad de Medicina. Tras intensas negociaciones y mesas de trabajo, personalmente logró la reapertura del edificio, así como el compromiso de reactivar actividades presenciales para este lunes.
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Cedillo se apersonó en la reja de entrada a eso de las 16:00 horas del viernes y tras un breve diálogo, los estudiantes procedieron a retirar candados y cadenas con las que cerraron su Facultad por cuatro días, en demanda de mejores condiciones escolares. Llegó armada de humildad para destrabar la crisis, y no puso objeciones para pedirles una disculpa a solicitud expresa tras reclamos a sus comentarios de que había “mano negra” e “intereses económicos” en el movimiento.
“A lo mejor no supe expresar lo que yo quería, pero si alguno de ustedes se sintió ofendido les ofrezco una disculpa”, les dijo la rectora a un primer grupo de universitarios tras abrirse las puertas de la Facultad.
Nuevamente cuestionada al respecto por otra estudiante, Cedillo dijo “Yo lo veo así. Ya les ofrecí una disculpa y yo la puedo hacer pública. Yo lo dije en otro contexto, me apena que se haya tomado a mal. Les ofrezco una disculpa. A muchos de ustedes los conozco, los he visto cuando vengo a dar clases. Créanme que es de humanos ofrecer disculpas y yo se las ofrezco. No tengo problema” le respondió.
Tanta honestidad provocó un efecto contrario a la furia reactiva con la que los estudiantes habían actuado a lo largo de la semana, cuando el primer día detonó la caída del Director de la facultad para ser sustituido por la doctora Claudia Cedillo en sesión de Consejo de Unidad Académica.
Del enojo se pasó a los aplausos y las porras para la facultad de Medicina y para la Benemérita, al ritmo del clásico ¡Sí se pudo, sí se pudo!
Los acuerdos entre rectoría y estudiantes
Desactivar la protesta estudiantil requirió intensas negociaciones en mesas de trabajo para desactivar el cúmulo de demandas atoradas en años, principalmente las asignaciones en hospitales y centros de salud para los alumnos de la generación 2020 en su servicio social, prácticas y residencias médicas.
Entre los compromisos que se sellaron está que la universidad firme nuevos convenios con el sector salud para la apertura de más campos para la realización de prácticas clínicas, internados y servicio social; atender las demandas en el estado de la infraestructura física de la facultad, así como la reestructuración de la Unidad de Género de la facultad para integrar a representantes de todas las carreras con el objetivo de que todas las denuncias de acoso sean investigadas y sancionadas.
También se acordó la intervención del alumnado en las contrataciones de docentes y el seguimiento del desempeño, así como una profunda revisión al plan de estudios de las siete carreras que se imparten ahí.
La rectora Cedillo se manifestó de acuerdo en todos los puntos, pues les explicó que ella tiene horas clase ahí, acude con frecuencia a la facultad a impartir sus clases y por ende conoce a muchos de los alumnos, por lo que reconoció lo legítimo de sus demandas.
Estomatología y Administración también levantan paro
El efecto Cedillo se impregnó a otras facultades en paro. Casi enfrente de Medicina, la carrera de Estomatología también anunció oficialmente el fin del paro tras una visita relámpago de la rectora de la BUAP, en los mismos términos. Y unas horas después, también la facultad de Administración dio a conocer el regreso a las clases.
El conflicto se desactivó un poco, y aunque las demás facultades en paro reunidas en torno a la toma de Ciudad Universitaria afirmaron que todavía faltaba mucho para resolver el problema, levantar el paro en Medicina se convirtió en un gran logro de la rectora Lilia Cedillo.
