Han pasado cinco días desde que Ciudad Universitaria fue tomada por los inconformes, y en lugar de avances, lo que reina es la incertidumbre al interior del paro. Las facultades siguen sin unificar sus exigencias, y la falta de organización ha impedido que exista un pliego petitorio general que permita iniciar una negociación real. Sin embargo, su exigencia es la presencia de la rectora Lilia Cedillo, aunque no haya bases para un diálogo real por la ausencia de ese documento.
Ayer se instalo la mesa de diálogo con la fugaz presencia de la rectora Cedillo en CU, un hecho que causó molestia entre los estudiantes que mantienen cerrados los accesos al campus. Las autoridades universitarias esperaron durante ocho horas a ver si la Asamblea les mostraba un avance del pliego, y se retiraron alrededor de las 6 pm con la promesa de que el documento estará listo este día.
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“El caos comenzó desde temprano”
Desde la mañana, la incertidumbre y la tensión dominaron el ambiente en Ciudad Universitaria. A las 10:00 a.m. la rectora Lilia Cedillo llegó sorpresivamente a la puerta 14, donde apenas permaneció cinco minutos antes de retirarse. Su rápida salida provocó molestia entre los estudiantes, quienes esperaban respuestas concretas y más tiempo de diálogo con ella.
Anterior a su llegada de la rectora, recién se estaba estableciendo una mesa de diálogo con personal del Consejo Universitario para escuchar a los estudiantes, en caso de que desearan expresar sus demandas. Entre los asistentes estuvieron Sergio Díaz Carranza, presidente de la Comisión de Honor y Justicia; Gabriel Pérez Galmiche y Jorge Pinto Tepoxcatl, abogado general de la BUAP. También participaron representantes de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla. La intención era crear un espacio seguro para la negociación y avanzar en la resolución del conflicto. No obstante, sin un pliego petitorio definido, las conversaciones siguen en una fase preliminar
Mientras tanto, la entrega de estos documentos sigue siendo el mayor obstáculo en las negociaciones. Aunque se han hecho llamados constantes para que las facultades definan sus demandas, la mayoría sigue sin presentar avances significativos. Este retraso ha generado frustración entre los directivos, quienes esperaban recibir una respuesta y una postura formal desde hace más de tres días para dar inicio a la mesa de diálogo y así comenzar a atacar las necesidades estudiantiles.
Directivos buscan diálogo, pero el conflicto se estanca
El Consejo Universitario, acompañado por la CDH de Puebla, arribó a Ciudad Universitaria con la intención de garantizar protección a los estudiantes y darle legitimidad al proceso de negociación. Sergio Díaz Carranza, presidente de la Comisión de Honor y Justicia, fue claro en su mensaje:
“Estamos en toda la disposición de llegar a acuerdos con ustedes, pero necesitamos ya que nos digan qué hay que empezar a hacer”.
Sin embargo, la respuesta estudiantil fue cautelosa. Aunque se comprometieron a entregar sus pliegos petitorios este día, los dirigentes universitarios mostraron su descontento. Han esperado estos documentos por más de tres días y temen que el proceso se prolongue aún más. “El compromiso es mañana, y mañana la reunión”, recalcó Díaz Carranza, presionando para que el diálogo avance.
Crisis en el campus: apagones, falta de agua y servicios colapsados
Mientras las negociaciones siguen en pausa, los estragos del paro comienzan a sentirse en Ciudad Universitaria. Estudiantes denunciaron la falta de agua y constantes apagones en las instalaciones.
“Ha habido apagones y no hay agua, los servicios se nos están agotando”, reclamó una alumna del movimiento.
Ante esto, Díaz Carranza se comprometió a enviar pipas de agua para mitigar la crisis.
¿Qué sigue? Un punto de quiebre en la crisis universitaria
Con el Consejo Universitario exigiendo pliegos petitorios, los alumnos endureciendo su postura y Ciudad Universitaria al borde del colapso, la BUAP enfrenta un momento crucial. Mañana, cuando los estudiantes entreguen sus demandas, se definirá si el conflicto avanza, si la rectora Lilia Cedillo finalmente hace acto de presencia para entablar pláticas con los alumnos hacia una resolución o si la tensión y los problemas escalan aún más.
El reloj corre y la comunidad universitaria sigue en vilo. ¿Será este el punto de inflexión o el inicio de una crisis aún mayor?