Esta vez les tocó a los tradicionales molotes de Puebla capital pasar por el paladar del crítico gastronómico de TikTok, Arturo Lemmen, mejor conocido en redes como ‘El Arturito’. El influencer le hincó el diente a un delicioso molote de tinga del parque El Carmen y, aunque dijo en general que le gustó, se quejó del sabor a “aceite barato” y no pudo ceder a la tentación de comerlo con cubiertos.
😑👀 ¡Sigue arremetiendo contra la gastronomía poblana!
— Diario Cambio (@Diario_Cambio) April 17, 2025
El influencer, El Arturito, ahora se acaba a los molotes de El Carmen, pues además de que criticó la forma en que los elaboran, también los comió con cubiertos
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Tras la polémica causada por sus controversiales opiniones sobre su experiencia en la taquería La Oriental de la 14 Sur, ‘El Arturito’ continuó su paso por la Angelópolis con la misión que trae desde hace varios días: degustar antojitos poblanos.
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Esta vez, su destino fue el parque El Carmen, donde se decidió por tres clásicos poblanos: la chancla, la pelona y el molote.
Desde el primer momento, ‘El Arturito’ dejó en claro que estaba entusiasmado por degustar estos platillos. Primero comió la chancla; le gustó, pero no hizo grandes comentarios. No fue el caso de la pelona, que dijo fue su favorita de las tres. Expresó que estaba “espectacular”.
Y llegó el turno de los molotes y ‘El Arturito’ pidió el suyo de tinga, de la que dijo es diferente a la que se come en otros lugares, ya que está básicamente hecha de verduras. El influencer mencionó que, de todos los platillos, era el que más se le antojaba, y pidió a sus seguidores que no se confundieran: no es una quesadilla.
“¿No se come con la mano, o sí?”, preguntó al recibirlo, cuando ya empuñaba los cubiertos.
Y aunque al principio parecía inseguro, lo levantó, lo puso frente a sus ojos y, después de examinarlo, no dudó en animarse a probarlo. Le dio una buena mordida a su molote ‘bandera’, bañado en crema, queso y con las dos salsas tradicionales. Hizo gesto de que le gustaba y, hasta ahí, todo bien. Elogió el quesillo gratinado que estiró tanto como pudo. “Esto es un buen quesillo”, dijo.
Una vez más quiso tomar los cubiertos, pero recordó que el molote se come con la mano. Todo seguía bien hasta que habló de la comida callejera y del aceite reutilizado con el que se fríen este tipo de alimentos.
“Estas cosas sí son mejor en calle. En restaurante no sabe igual, le falta el sabor de aceite barato… ¡Es broma! Es aceite rehusado, reciclado. No, es un buen aceite, según yo es de oliva”, dijo.
Ya presentía que su comentario no iba a caer muy bien entre la comunidad poblana, a tal grado que, al momento de escucharse este comentario en el video, aparece la leyenda: “Era grasa madre, no me funen otra vez”.
También mencionó que, de los tres platillos, el que se llevaba las palmas era la pelona, y sugirió que, para mejorar el molote, debería añadírsele encima lechuga. Una vez más tuvo el impulso de comer molote con tenedor y cuchillo, pero el video se corta y ya no se sabe cómo terminó de comer esa tradicional delicia poblana.
La experiencia no terminó ahí. Como buen amante de los postres, ‘El Arturito’ no pudo resistirse y se decidió por un gaznate y un merengue rosa.
“Espectacular el gaznate poblano”, expresó.
‘El Arturito’ no solo disfrutó los molotes, sino que también conversó con el personal del lugar e incluso se tomó la foto del recuerdo con las señoras que trabajan en el establecimiento.
Lo que es un hecho es que cada visita de ‘El Arturito’ sigue generando conversación y poniendo en el mapa los sabores tradicionales de Puebla, para bien o para mal.
