Lo que debía ser una compra segura y confiable, terminó en una pesadilla para Jackelin, una poblana que denunció públicamente que compró una laptop “nueva” en Sears Angelópolis y terminó con un equipo usado, defectuoso y sin garantía, pero que sigue pagando.
De acuerdo con la afectada, la laptop Huawei fue adquirida el 23 de abril. Para junio ya presentaba fallas en el cargador, y en julio simplemente dejó de funcionar. Al acudir a Sears para hacer válida la garantía, el personal le informó que, los “accesorios” como el cargador no entraban en garantía, por lo que intentaron venderle uno nuevo y en lugar de ofrecer una solución la canalizaron directamente con Huawei.
En Huawei, la situación fue peor: al revisar el equipo, le informaron que, tenía un tornillo faltante, lo cual anulaba automáticamente la garantía. Además, abrieron la laptop frente a ella y detectaron que el disco duro –mal llamado así por el técnico, ya que hoy en día se usan SSDs– tenía menor capacidad de la que debería y no era original.
“Estaba llena de polvo y pelusa, como si hubiera tenido meses de uso, y eso que la compré nueva, entonces, ¿me vendieron una usada?”, relató indignada.
Cuando regresó a Sears para exigir una respuesta, se lavaron las manos y dijeron que Huawei es el proveedor, que no tienen gerentes, que enviara un correo y luego que desde “oficinas centrales en México” les indicaron que no iban a responder.
Hasta la fecha, nadie se hace responsable, ni Sears, ni Huawei, ni siquiera Profeco, donde acudió a levantar una queja, pero no recibió ayuda porque “no procedía”.
Mientras tanto, Jackelin sigue pagando un equipo que no funciona, que al parecer no era nuevo y que fue vendido sin control de calidad ni garantía real.
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