Este martes, los Archivos Nacionales de Estados Unidos desclasificaron una nueva serie de documentos sobre el asesinato de John F. Kennedy, cumpliendo con una orden ejecutiva firmada por el expresidente Donald Trump.
Este caso, uno de los más polémicos y rodeados de teorías conspirativas en la historia estadounidense, sigue siendo objeto de debate incluso décadas después del trágico suceso.
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Los Archivos Nacionales, encargados de la custodia de los documentos relacionados con la muerte de Kennedy, anunciaron la desclasificación a través de su página web.
Según un comunicado de Tulsi Gabbard, directora de Inteligencia Nacional, aunque el resto de los archivos ya han sido desclasificados, algunos aún no se han publicado en línea.
Se espera que los documentos restantes se suban en los próximos días. A pesar de la publicación, se desconoce si los nuevos archivos contienen información relevante o inédita sobre el asesinato de Kennedy, por lo que los expertos siguen revisando el material en busca de nuevos detalles.
En su declaración, Trump aseguró que todos los documentos sobre Kennedy se harían públicos estarían íntegros y sin censuras, a diferencia de otros archivos históricos clasificados.
La orden también busca hacer públicos los archivos federales clasificados sobre otros asesinatos notables, como los de Robert F. Kennedy y Martin Luther King Jr. en 1968.
Oficialmente, el asesinato de Kennedy fue atribuido a Lee Harvey Oswald, un exinfante de Marina que disparó contra el presidente desde un edificio en Dallas, Texas, durante un desfile presidencial.
Oswald fue asesinado dos días después por Jack Ruby, dueño de un club nocturno. Un año después, la Comisión Warren, establecida por el presidente Lyndon B. Johnson, concluyó que Oswald actuó solo y que no había evidencia de una conspiración.
Sin embargo, a lo largo de las décadas, diversas teorías conspirativas han puesto en duda esta versión oficial, sugiriendo la posible implicación de otras personas o instituciones.
Robert F. Kennedy Jr., sobrino de John F. Kennedy e hijo de Robert F. Kennedy, ha sido uno de los más vocales en poner en duda la versión oficial, llegando a afirmar que la CIA podría haber estado involucrada en el asesinato.
Cuando Trump firmó la orden para la desclasificación de los archivos en enero, entregó el bolígrafo utilizado en la firma a Robert F. Kennedy Jr., conocido por sus opiniones antivacunas y su inclinación hacia teorías conspirativas, lo que lo ha distanciado de parte de su familia.
Los documentos desclasificados forman parte de una colección única en los Archivos Nacionales de Estados Unidos, y aunque la mayoría de los archivos (unos seis millones, incluidos fotografías y grabaciones) ya se han hecho públicos, el FBI reveló en febrero que había encontrado más de 2.400 documentos adicionales, que se transferirán a los Archivos Nacionales para su futura desclasificación.