Una misteriosa bola de fuego fue vista en el cielo del oeste de Japón la noche del 19 de agosto, esta bola de fuego dejó un destello que hizo que la noche se volviera a blanca por varios segundos, este fenómeno se viralizó en redes sociales; cámaras de seguridad y tableros de auto en Kyushu, captaron el fenómeno que sucedió cerca de las 23:08, hora local, testigos de Kagoshima describieron cómo el resplandor recortó nítidamente el contorno del volcán Sakurajima y algunos vecinos también reportaron un estruendo después del suceso.
Meteor/fireball lights up Sakurajima volcano and Kagoshima City in Japan tonight ☄️ pic.twitter.com/WX9NZUwUUg
— Volcaholic 🌋 (@volcaholic1) August 19, 2025
Primeros análisis del suceso sugieren que podría tratarse de la entrada en la atmósfera de un objeto de origen espacial. Algunos expertos consultados en medios locales dijeron que existe la posibilidad de que “un asteroide de varias decenas de metros colisionara”. El profesor asociado Hitoshi Yamaoka, del Observatorio Astronómico Nacional de Japón dijo: “existe una cierta posibilidad de que haya llegado a la superficie como un meteorito y creo que estaba en la clase de 10 m cuando estaba en el espacio”.
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Algunos otros astrónomos consultados por medios internacionales dijeron que el objeto habría caído al mar del sur de Kyushu, sin que se hayan recuperado fragmentos hasta ahora, la onda sónica relatada por los residentes de Kagoshima se asocia con la ruptura de un meteoroide grande que viaja a velocidad supersónica.
Por el brillo que se pudo percibir, algunos investigadores lo compararon con el evento de Cheliábinsk, en Rusia en el año 2013, cuando un bólido de entre 17 y 20 metros explotó a decenas de kilómetros de altura, liberando una energía equivalente a cientos de kilotones, ocasionando que se quebraran ventanas y más de 1000 personas resultaran heridas, aunque estos dos sucesos no son equiparables, el antecedente ruso podría ser una referencia para calibrar los tamaños y energías en reentradas atmosféricas luminosas.
El paso de esta misteriosa bola de fuego sucedió pocos días después del máximo anual de las Perseidas, una lluvia de meteoros que suele animar las noches de agosto, si bien, los grandes bólidos se relacionan con fragmentos de asteroides, pero no necesariamente con corrientes meteórica estacionales.
Autoridades y redes de observación japonesa recopilan vídeos y testimonios para identificar la trayectoria, calcular su masa y velocidad, además de calcular en qué zona pudo haber caído este asteroide, aún así, especialistas en el tema señalan el valor científico del registro de este tipo de eventos ya que permiten afinar modelos de riesgo y mejorar la detección temprana de objetos cercanos al planeta Tierra.