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Tras causar aglomeraciones, el “Quita dolores” rumano se muda al Paseo Bravo y solo atenderá 40 personas al día

El “quita dolores”, fue reubicado por el Ayuntamiento de Puebla al Paseo Bravo, con la restricción de atender únicamente a 40 personas por día.
Tras causar aglomeraciones, el quita dolores rumano solo podrá atender a 40 personas al día
Mircea Gabriel Mihaila, el migrante rumano conocido popularmente como el “quita dolores”

Luego de generar largas filas de personas y esperas de hasta nueve horas en pleno Centro Histórico, Mircea Gabriel Mihaila, el migrante rumano conocido popularmente como el “quita dolores”, fue reubicado por el Ayuntamiento de Puebla al Paseo Bravo, con la restricción de atender únicamente a 40 personas por día.

Como Diario CAMBIO lo informó durante los últimos cuatro meses, Mihaila se había instalado frente al edificio Carolino de la BUAP, donde su presencia comenzó a llamar la atención de cientos de personas que acudían diariamente en busca de alivio para distintos padecimientos, desde dolencias musculares hasta enfermedades crónicas como el cáncer.

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Se estima que llegó a atraer hasta 500 personas en un solo día, convirtiéndose en un fenómeno urbano y social.

Su método, que él mismo describe como “sanación con las manos”, consiste en canalizar una energía especial que, según afirma, ayuda a aliviar el dolor y mejorar la salud de quien lo consulta.

Con una simple banca de madera y un cartel improvisado, su práctica captó la atención —y la fe— de decenas de poblanos que formaban fila desde la madrugada.

Sin embargo, el creciente flujo de personas generó preocupaciones entre las autoridades municipales, principalmente por la concentración masiva en una zona de alta afluencia peatonal.

Por ello, esta semana se decidió su reubicación al Paseo Bravo, donde continuará brindando sus atenciones, aunque con el límite establecido de 40 consultas diarias como medida para evitar aglomeraciones y mantener el orden público.

El llamado “curandero milagroso” lleva aproximadamente cuatro meses en Puebla, donde ha ganado popularidad no solo por su técnica, sino por la devoción de quienes aseguran haber sentido mejoras físicas tras recibir su atención. Incluso, algunos de sus seguidores más fieles impiden que otros se acerquen sin turno, argumentando que pueden “bloquear la energía”.

Mihaila ha declarado en distintas ocasiones que esta es su forma de ganarse la vida como migrante, y que no cobra por sus servicios, sino que acepta donativos voluntarios de quienes deseen agradecerle.

Mientras su presencia siga causando revuelo, su historia continúa desarrollándose entre la curiosidad pública, el fervor popular y la intervención de las autoridades locales.

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Arantza Avendaño

Arantza Avendaño

Estudiante de Ciencias de la Comunicación de la BUAP, comenzando el periodismo digital en la televisora Negocios TV como redactora y actualmente fungiendo como reportera en el medio Diario Cambio. Apasionada...