Colombia y Sudáfrica se perfilan como las selecciones con mayor probabilidad real de elegir a Puebla como su “Campamento Base” para el Mundial de 2026. Tras la revelación del calendario oficial de la FIFA este sábado, la logística y las condiciones geográficas colocan a la Angelópolis como la sede estratégica ideal para estos combinados, mientras que Uzbekistán aparece como una tercera opción viable en el radar, aunque con menor fuerza.
El caso de Colombia es el más sólido para elegir a la Angelópolis como su “Campamento Base” por un factor fisiológico determinante: la altitud; los cafetaleros, acostumbrados a la altura de Bogotá (2,600 metros sobre el nivel del mar), encontrarían en Puebla (2,135 msnm) el escenario perfecto para su adaptación física. Al tener compromisos en Guadalajara y la posibilidad de cruces en el centro del país, establecerse en la Angelópolis les permitiría mantener su rendimiento atlético sin sufrir el desgaste de aclimatación que implicaría una sede a nivel del mar.
Para Sudáfrica, la necesidad es operativa. Al tener que enfrentar a México en el partido inaugural el 11 de junio en el Estadio Azteca (2,240 msnm), los “Bafana Bafana” requieren obligatoriamente un campamento de altura para nivelar la ventaja física del Tricolor. Puebla ofrece la cercanía inmediata a la capital (menos de 130 km) y condiciones climáticas idénticas, compitiendo directamente con Pachuca por hospedar al rival del anfitrión.
En un segundo escalón de posibilidades se encuentra Uzbekistán. Aunque su perfil mediático es menor, la logística juega a favor de Puebla para este equipo asiático que tendrá actividad en su partido inaugural contra Colombia en la Ciudad de México. La infraestructura hotelera de gran turismo y la conectividad terrestre convierten al estado en un “hub” eficiente para sus traslados, aunque enfrenta la fuerte competencia de Querétaro, que se posiciona agresivamente por su cercanía con el Bajío.
Este escenario se desprende del anuncio realizado por la FIFA, donde se confirmó que México será protagonista con 13 encuentros divididos entre el Estadio Azteca, el Estadio Akron y el Gigante de Acero. Con la hoja de ruta definida, la disputa por los campamentos base se ha desatado, y Puebla se perfila con argumentos sólidos para capitalizar la derrama económica de recibir a un equipo mundialista.
Sin embargo, la carrera no es solitaria. Torreón ha levantado la mano con fuerza para robarle candidatos al centro. La Comarca Lagunera ofrece el Territorio Santos Modelo (TSM), un complejo deportivo integral que supera en modernidad a muchas instalaciones nacionales. Esta sede resulta sumamente atractiva para selecciones que jugarán en Monterrey, como Japón o Túnez, quienes buscan un entorno de concentración absoluta con clima cálido.
Otro rival directo es Querétaro. Esta ciudad ha ganado terreno gracias a su ubicación estratégica como punto medio entre Guadalajara y la Ciudad de México. Para potencias como España o Uruguay, que jugarán fase de grupos en el Estadio Akron pero podrían tener cruces eliminatorios en la capital, Querétaro ofrece un equilibrio logístico que Puebla debe contrarrestar con su oferta de servicios.
A pesar de la competencia, Puebla tiene un “as bajo la manga“: el Estadio Cuauhtémoc. El Coloso de Maravillas es un activo que se valora positivamente por las federaciones, ya que ofrece una cancha de primer nivel que ha sido mundialista en dos ocasiones. A esto se suma que el Gobierno del Estado está interviniendo el recinto para mejorar sus condiciones, ofreciendo gimnasios y privacidad, elementos que los cuerpos técnicos priorizan sobre la simple hotelería.
El calendario también abre una ventana de oportunidad para las rondas de eliminación. Si México avanza como líder, jugará dieciseisavos y octavos de final en el Azteca, enfrentando potencialmente a terceros lugares de otros grupos. Esto significa que selecciones como Escocia, Costa de Marfil o Senegal podrían requerir una base de operaciones de última hora en el centro del país, y Puebla estaría lista para recibirlos.
En el norte, la dinámica es distinta. Monterrey se prepara para recibir posibles choques de alto voltaje en dieciseisavos, como un hipotético Holanda vs Marruecos o incluso un Brasil vs Japón si los pronósticos de grupo fallan. Estos equipos, acostumbrados a la élite, buscarán sedes con la máxima comodidad y lujo en la zona norte, dejando el mercado del centro abierto. Con el calendario en mano y las sedes definidas, la moneda está en el aire. Puebla tiene todo para dejar de ser solo un espectador y convertirse en la casa adoptiva de una selección mundialista, con la altura y la cercanía al Azteca como sus mejores argumentos de venta.
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