El INAH será quien supervise y realice la obra de la remodelación del Zócalo de Izúcar de Matamoros, a fin de que se dé garantía de la conservación del Centro Histórico y a su vez de que sean especialistas quienes supervisen y den seguimiento luego de que fueran suspendidos los trabajos debido a que no tenían ni expediente técnico, dijo en entrevista Manuel Villarruel Vázquez, director del Instituto de Antropología e Historia en Puebla.
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Según Villarruel Vázquez, la obra avanzará con un esquema de trabajo conjunto entre el INAH y la administración municipal, bajo la supervisión de especialistas en arqueología y arquitectura del instituto.
“El proyecto aprobado ya incorpora los ajustes que solicitamos. A partir de ahora, los trabajos estarán acompañados por arqueólogos y arquitectos del INAH, quienes se encargarán de supervisar cada etapa del proceso de restauración”, explicó el funcionario.
Entre las modificaciones acordadas, el INAH exigió la conservación de las bancas antiguas, aunque no sean consideradas históricas, así como la preservación de la mayor cantidad posible de árboles y vegetación. Además, se prevé la restauración de la fuente central, un elemento icónico para la identidad del municipio, y la integración de nuevas fuentes diseñadas para armonizar con el entorno.
Otro de los cambios relevantes es la restitución de un quiosco con características más acordes con el contexto histórico de la localidad, lo que contribuirá a reforzar la imagen urbana del zócalo.
Villarruel Vázquez precisó que, aunque el INAH llevó a cabo un proceso administrativo para asegurar la protección del patrimonio cultural, no se aplicaron sanciones al ayuntamiento.
Inicialmente, los trabajos fueron suspendidos para evaluar posibles afectaciones a elementos patrimoniales, pero al comprobarse que el proyecto reformulado no ponía en riesgo el legado histórico de la zona, se autorizó la continuación de la obra.