Lo que parecía una venta segura terminó en una pesadilla para José Alberto Terrón Ocampo, originario de Puebla capital, quien fue despojado de su motocicleta Dominar 400 modelo 2024 —valuada en 75 mil pesos— tras acudir a una cita pactada vía Marketplace en la plaza comercial Moraleda, en Atlixco.
De acuerdo con su testimonio, el sábado fue contactado por presuntos compradores que afirmaron ser de Izúcar de Matamoros y le propusieron encontrarse a medio camino, por lo que accedió a reunirse con ellos en el estacionamiento de la citada plaza a las 4 de la tarde. Incluso llegó una hora antes, consumió alimentos y esperó en el sitio acordado con confianza, creyendo que el lugar, al ser público y con movimiento, ofrecía cierta seguridad.
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Al presentarse los supuestos interesados, revisaron la motocicleta, encendieron el motor y se mostraron listos para formalizar la compra. José Alberto, confiado, les mostró la factura y firmó el documento de cesión de derechos. Sin embargo, en lugar de recibir el pago, fue amagado con un arma de fuego. Le exigieron que no hiciera escándalo, le arrebataron el boleto del estacionamiento y lo obligaron a subir con ellos a la motocicleta.
Los tres salieron del lugar en la unidad, y al llegar al entronque con la autopista Siglo XXI, los delincuentes lo despojaron de sus pertenencias, incluso de su ropa. Fue abandonado en ropa interior, descalzo y sin rumbo claro en una zona entre los límites de Puebla y Morelos, mientras uno de los cómplices huía en un vehículo con placas morelenses, llevándose también su mochila.
Tras caminar varios kilómetros sin recibir ayuda, finalmente un trailero se detuvo y lo auxilió. Ya en la caseta de cobro, solicitaron apoyo a la Base de Proximidad de la Policía Estatal, pero nadie respondió. El conductor del tráiler lo trasladó entonces hasta la Vía Atlixcáyotl, donde finalmente se pudo reencontrar con sus familiares.
La odisea, sin embargo, no terminó ahí. Al intentar denunciar formalmente el robo, José Alberto se enfrentó al vacío legal entre fiscalías. En Puebla le dijeron que por haberse consumado el delito en Morelos, allá debía denunciar. En Morelos, le indicaron que fue en Atlixco. Luego, en la Casa de Justicia de Atlixco, el Ministerio Público le pidió los videos de las cámaras de la plaza, pero lo desalentaron al decirle que ya había firmado la cesión de derechos, dificultando la recuperación de la unidad.