Tras ocho años de haber ocurrido el sismo de 2017, el ex convento de Huaquechula volvió a redoblar las campanas al quedar concluida la restauración de la bóveda, el sotocoro y el campanario por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
En entrevista, la presidenta del DIF municipal Paola Uroza explicó que esta obra era muy importante no solo por la parte eclesiástica y las creencias de la población, sino por lo que representa como joya arquitectónica, patrimonio de la humanidad.
“Este día concluyeron los trabajos de intervención en uno de los conventos más antiguos de la Nueva España, una construcción del siglo XVI considerada pieza fundamental del patrimonio histórico y arquitectónico de la región. La etapa finalizada corresponde a la rehabilitación de la bóveda del sotocoro, una de las zonas estructurales más complejas del inmueble”, dijo la presidenta.
De acuerdo con lo informado, los trabajos en el ex convento de Huaquechula también incluyeron la restauración de la capilla abierta, la intervención de áreas específicas de los claustros y la reconstrucción integral de la capilla del sotocoro, proceso que se prolongó durante un periodo considerable debido al grado de deterioro y a la necesidad de respetar los métodos y materiales compatibles con la época de origen del convento.
Aunque esta fase marca un avance sustancial, aún restan detalles en el interior del templo conventual, por lo que se prevé una nueva etapa de intervención el próximo año. Si las condiciones técnicas y presupuestales lo permiten, se estima que el recinto pueda reabrir sus puertas a mediados del 2026.
Autoridades y especialistas coincidieron en que los resultados en el ex convento de Huaquechula ya son visibles y reflejan el alcance de un proyecto que prioriza la conservación del valor histórico del inmueble, devolviéndole estabilidad estructural y dignidad arquitectónica tras décadas de desgaste.
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