En un acto calificado por los propios comerciantes como represión, el gobierno municipal de Izúcar de Matamoros, encabezado por el alcalde Eliseo ‘Chino’ Morales recurrió al uso de la fuerza pública, granaderos y elementos de la Marina (SEMAR) y la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) para desalojar a decenas de vendedores ambulantes que, desde hace décadas, han ocupado las calles de Niño Perdido e Hidalgo para ofrecer sus productos.
😲¡Corren a ambulantes!
— Diario Cambio (@Diario_Cambio) April 30, 2025
Policías, granaderos, SEMAR y SEDENA desalojaron con gas y empujones a vendedores ambulantes del centro de Izúcar de Matamoros. Los comerciantes intentaban instalarse como cada día, pero fueron retirados por la fuerza.
El alcalde Eliseo Morales,… pic.twitter.com/m96LvKQTgc
El operativo se ejecutó en plena crisis de violencia que atraviesa Izúcar, donde los homicidios y ejecuciones se han multiplicado sin una respuesta contundente de las autoridades. Pese a ello, la fuerza pública fue desplegada no para contener la inseguridad, sino para impedir la instalación de quienes venden frutas de temporada, aguacates y alimentos preparados, en una zona históricamente reconocida por su actividad comercial popular.
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Testigos del operativo relataron que al intentar colocar sus puestos fueron rociados con gas y retirados a empujones. La escena fue respaldada por decenas de uniformados municipales y federales que mantuvieron resguardo permanente en la zona para evitar cualquier intento de reinstalación. Algunos de los afectados denunciaron el uso desproporcionado de la fuerza y cuestionaron duramente que elementos militares se involucren en el retiro de comerciantes y no en el combate al crimen organizado que azota la región.
Posteriormente, el Ayuntamiento emitió un comunicado justificando la acción y asegurando que se ofrecieron alternativas a los vendedores, entre ellas su reubicación al Mercado Revolución. Sin embargo, comerciantes refutaron esta versión al señalar que dicho mercado opera de forma parcial, principalmente los lunes, y que sus espacios ya están ocupados, incluso extendiéndose hacia parte del bulevar. Además, varias zonas carecen de servicios básicos como agua potable y energía eléctrica, lo que lo hace inviable para la mayoría de los vendedores.
“La Marina y la Sedena vinieron a sacarnos como si fuéramos delincuentes. Pero cuando hay asesinatos, ni aparecen. ¿Por qué sí para quitarnos y no para protegernos?”, cuestionó una vendedora, visiblemente afectada.
Hasta el momento, el presidente municipal no ha acudido al sitio ni ha dado declaraciones directas. En contraste, los comerciantes reiteran que no cuentan con otra fuente de ingresos ni alternativa real de trabajo. Muchos de ellos han vendido en esa zona durante más de veinte años y aseguran que, con esta acción, el gobierno local vulnera su derecho al trabajo y dignidad como ciudadanos.
El operativo fue ordenado bajo un acuerdo de Cabildo que busca, según el Ayuntamiento, garantizar el orden urbano y la movilidad peatonal. No obstante, la falta de diálogo y el uso de la fuerza por encima de la negociación, han dejado una fuerte inconformidad social y una nueva fractura entre el gobierno municipal y el comercio tradicional de Izúcar de Matamoros.
Al lugar también llegó personal de la Comisión de Derechos humanos de Puebla debido al uso de gas y a la falta de notificaciones para desalojar pues no cumplen con el marco legal del tiempo para estar informados.