El extremo calor que azota a la Mixteca poblana ha multiplicado los casos de picaduras de alacrán, como el que cobró la vida de una joven de 22 años en la comunidad de Francisco Villa, municipio de Tulcingo del Valle.
El incidente ocurrió una joven quien padecía asma bronquial, fue atacada por un alacrán.
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Aunque en la Casa de Salud de la comunidad había disponible el suero antialacrán, este no le fue aplicado.
En su lugar, familiares emprendieron un traslado urgente al hospital de Tecomatlán.
El trayecto fue en vano: al llegar, los médicos confirmaron que la joven ya no tenía signos vitales.
Este caso ha desatado cuestionamientos severos sobre la falta de reacción del personal de salud local.
Vecinos denuncian que no es la primera vez que se ignoran protocolos, y temen que la negligencia se repita con otros pacientes, especialmente ahora que las temperaturas elevadas han incrementado la presencia de alacranes en viviendas, campos y escuelas.
En la región, el aumento de estos casos es perceptible; en comunidades rurales de la Mixteca como Tulcingo, Chila y Piaxtla, los habitantes advierten que las picaduras de alacrán se han vuelto más frecuentes debido al calor extremo, y la infraestructura médica precaria dificulta la atención oportuna.
Autoridades sanitarias y del ayuntamiento ya iniciaron una investigación para esclarecer por qué no se aplicó el antídoto y quién será responsable por esta omisión.
Mientras tanto, organizaciones comunitarias piden una revisión urgente de los protocolos de atención, así como capacitación y supervisión directa al personal de los centros de salud rurales.
Este caso se suma a una larga lista de muertes evitables que ponen en evidencia las carencias del sistema de salud en zonas marginadas del estado.