En la Mixteca poblana, específicamente en municipios como Tepeojuma e Izúcar de Matamoros, ha comenzado a popularizarse una peculiar y simbólica forma de celebrar las graduaciones escolares: la entrega de animales como obsequio a ahijados destacados.
Tal es el caso de la pequeña Cristal, originaria de Tepeojuma, quien culminó su educación primaria en la escuela oficial “Miguel Hidalgo” y recibió de su madrina, Amairani Ortega, un regalo tan inusual como significativo: un becerro. La madrina no solo asistió con orgullo a la ceremonia, sino que acaparó la atención de los asistentes al sorprender a su ahijada con el animal, reconociendo así su buen desempeño académico.
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Otro caso que llamó la atención ocurrió en la comunidad de Colucan, perteneciente a Izúcar de Matamoros, donde un niño llamado Azariel recibió también un becerro como parte de la celebración por haber concluido el ciclo escolar. El regalo fue enviado por sus padrinos, conocidos como “Los Patrones”, quienes expresaron así el cariño y orgullo que sienten por el nuevo graduado.
Esta tendencia, que combina afecto, tradición y simbolismo rural, ha generado comentarios positivos en redes sociales, donde muchos aplauden el gesto y lo consideran una forma auténtica de celebrar el esfuerzo infantil en las comunidades del interior del estado.
Más allá de lo pintoresco, la entrega de animales representa también un compromiso con el futuro de los menores, ya que implica la responsabilidad de cuidar un ser vivo y, en muchos casos, un primer acercamiento al trabajo en el campo.