Tras el descubrimiento de un montículo efigie con forma de escorpión en el Valle de Tehuacán, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), informó nuevos hallazgos dentro del lugar que incluyen una ofrenda conformada por dos vasijas trípodes que contenían tabaco y chiles, además de piezas de cerámica y piedra.
De acuerdo con el INAH, en la parte superior de la cabeza del montículo se encontró la ofrenda moderna, mientras que en el sitio también fueron recuperados vasijas, jarras, cajetes, molcajetes de fondo sellado, trípodes, un incensario, un xantil (escultura de barro) y una hoja de laurel labrada en obsidiana.
Los hallazgos sugieren que se trata de objetos locales, algunos de carácter ritual y otros vinculados a intercambios comerciales con Cacaxtla en Tlaxcala, Tehuacán en Puebla, Oaxaca y poblaciones del Golfo de México.
El montículo de piedra travertino, cuya ocupación se sitúa entre los periodos Epiclásico Tardío y Posclásico Temprano (600-1100 d.C.), fue registrado en 2014 y recientemente publicado en la revista Ancient Mesoamérica.
Este descubrimiento forma parte del proyecto “Los contextos y mapeo de los sistemas de canales fosilizados del Valle de Tehuacán, Puebla”, dirigido por James Neely, investigador de la Universidad de Texas en Austin, que busca documentar los sistemas de canales prehistóricos.
De acuerdo con los especialistas, por su forma, ubicación y relación con el agua y la lluvia, el escorpión era un elemento central dentro del sistema de campos irrigados por canales que abarcaba unas 10 mil hectáreas, considerado el más grande y mejor conservado de Mesoamérica, con continuidad de uso desde el 2000 a.C. hasta la actualidad.
En la cosmogonía mesoamericana, el escorpión (Tlāhuizcalpantēcuhtli) estaba asociado con Venus, la estrella de la mañana, astro vinculado a Tláloc y Quetzalcóatl, deidades de la lluvia y el viento.
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