Ovidio Guzmán López, alias “El Ratón”, reapareció este viernes en una corte federal de Chicago con una imagen que sorprendió a muchos.
El hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán lució irreconocible durante la audiencia en la que se declaró culpable de cargos por narcotráfico y crimen organizado.
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Vestido con el tradicional uniforme naranja de presidiario y con esposas en los tobillos, Ovidio, de 35 años, apareció visiblemente cambiado: usaba barba, lentes y tenía un semblante serio.
A través de unos audífonos escuchaba atentamente a la jueza Sharon Coleman, mientras respondía con afirmaciones a los cargos que se le imputaban.
El periodista Arturo Ángel, quien estuvo presente en la audiencia, describió el aspecto físico de Guzmán como “encorvado, medio ojeroso, muy delgado… derrotado”.
Aseguró además que su voz sonaba temblorosa al aceptar su culpabilidad, una actitud muy distinta a la imagen que dio durante su captura en operativos anteriores.
Durante la sesión, Guzmán también tomó la palabra para declarar que su decisión fue voluntaria y no producto de coacción.
Reveló que sufre depresión, diagnosticada desde octubre de 2024, y que actualmente está en tratamiento con medicamentos.
La transformación de su imagen y comportamiento llamó la atención, pues contrasta con el rostro desafiante que se le atribuía en el pasado.
Lejos quedó la figura del “Chapito” del culiacanazo; en su lugar, se mostró una versión más frágil y aparentemente quebrada.
La jueza Coleman fijará su sentencia dentro de seis meses. Mientras tanto, Guzmán se compromete a colaborar con la justicia estadounidense, lo que podría ayudarle a evitar la cadena perpetua, siempre que cumpla con los acuerdos establecidos.