Ismael “El Mayo” Zambada, se declaró culpable ante una corte federal de Nueva York, aceptando su responsabilidad en dos cargos graves: conspiración y operación de una empresa criminal para importar y distribuir drogas en Estados Unidos, en el marco de la Ley RICO.
Con 77 años y más de seis décadas en el mundo del narcotráfico, “El Mayo” Zambada ha dado un giro en su defensa al admitir su papel central en la organización criminal.
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Durante la audiencia presidida por el juez Brian Cogan, Zambada leyó en español el acuerdo de culpabilidad, en el que reconoció que su organización alentó la corrupción en México mediante pagos a policías, militares y políticos para operar con impunidad.
Vestido con el uniforme típico de los reclusos federales, “El Mayo” Zambada aceptó también su responsabilidad en el tráfico de toneladas de drogas, incluyendo marihuana, cocaína, heroína y fentanilo.
La Fiscalía estadounidense, a cambio de su aceptación de culpabilidad, se comprometió a no solicitar la pena de muerte.
Sin embargo, los cargos conllevan una posible sentencia de cadena perpetua. La lectura de la sentencia fue programada para el 13 de enero de 2026. Además, el juez impuso una multa de 15.000 millones de dólares, que será cubierta con la incautación de bienes y activos del narcotraficante.
Zambada pidió perdón por el “gran daño” que las drogas y la violencia vinculada a su imperio criminal han causado en México y en Estados Unidos.
No obstante, su abogado, Frank Pérez, aseguró que su cliente no colaborará con las autoridades estadounidenses para incriminar a otros actores del crimen organizado o del ámbito político, aunque no descartó que esa postura pueda traducirse en beneficios dentro del sistema penitenciario.
El caso de Zambada sigue la línea de otros capos mexicanos de alto perfil, como Ovidio Guzmán, hijo de “El Chapo”, quien también aceptó su culpabilidad ante la justicia estadounidense.
Las recientes negociaciones entre los capos y Washington han despertado inquietud en los círculos políticos mexicanos, ante la posibilidad de que se revelen nombres de funcionarios o figuras públicas involucradas en redes de corrupción.
El Gobierno de México ha seguido de cerca estos procesos, manifestando críticas hacia la administración de Donald Trump por su estrategia de intervención militar contra cárteles fuera del territorio estadounidense, al tiempo que acepta extradiciones de capos mexicanos bajo acuerdos judiciales.
Zambada también denunció que su entrega a Estados Unidos fue una traición interna. Aseguró que los hijos de “El Chapo” lo secuestraron en Sinaloa y lo llevaron forzadamente al país vecino, lo que desató una guerra interna dentro del Cártel de Sinaloa.
Esta pugna ha generado decenas de muertos y desaparecidos, además de fuertes daños económicos en la región.
El acuerdo judicial con “El Mayo” representa el capítulo más reciente en una saga criminal que ha cruzado fronteras, alimentado una red de corrupción en México y generado fuertes tensiones diplomáticas entre ambos países.
A medida que se acerca la fecha de su sentencia, el alcance real de sus confesiones y las posibles repercusiones políticas aún están por verse.