Ver cómo es el volcán Popocatépetl por dentro ya no es solo una idea de ciencia ficción: un equipo de la UNAM ya lo hizo realidad. Especialistas del Instituto de Geofísica (IGf) lograron construir el primer modelo tridimensional detallado de su interior, gracias a una combinación de inteligencia artificial, tomografía sísmica y arriesgadas expediciones de alta montaña a más de 4 mil 200 metros de altura.
Especialistas del @GeofisicaUNAM revolucionaron la forma de estudiar al Popocatépetl 🌋. Con inteligencia artificial (IA), sismología avanzada y salidas de campo, construyeron el primer modelo tridimensional de sus entrañas. Conoce más en #HistoriasUNAM de #UNAMGlobalTV >… pic.twitter.com/ZvRxxyBNSQ
— UNAM (@UNAM_MX) August 23, 2025
El proyecto, liderado por el investigador Marco Calò, busca algo muy particular: entender la estructura interna de “Don Goyo” y anticipar futuros episodios eruptivos. Gracias a la IA, los especialistas ahora pueden procesar en pocas horas lo que antes llevaba meses de trabajo manual.
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“Lo que hacemos es, literalmente, generar una radiografía tridimensional de su interior. Podemos girar al Popo y observar cómo se propagan las ondas sísmicas dentro de él”, explica Calò.
Desde 2019, el equipo instaló 18 estaciones sísmicas en el volcán, que registran 100 mediciones por segundo. Ese torrente de datos alimenta a sistemas de inteligencia artificial capaces de clasificar automáticamente distintos tipos de sismos.
Karina Bernal, estudiante del Posgrado en Ciencias de la Tierra, generó un algoritmo que enseña a la computadora a distinguir entre una roca que se fractura o el paso de burbujas de gas dentro del magma.
“Antes se analizaba todo a mano. Hoy podemos trabajar un año de datos en apenas tres horas”, detalla.
Con esto han detectado regiones interconectadas donde podría acumularse magma y los conductos por donde asciende, datos fundamentales para anticipar la dinámica del volcán. El siguiente paso es aún más ambicioso: construir modelos en 4D, es decir, ver cómo esas estructuras cambian con el tiempo.
Pero nada de esto sería posible sin la parte humana. Las expediciones implican recorridos de más de 20 kilómetros cargando mochilas de 20 kilos, en un entorno de riesgo constante.
“La IA agiliza procesos, pero no reemplaza a los científicos. Somos nosotros quienes entrenamos al modelo e interpretamos los resultados”, subraya Bernal.
El proyecto no es solo un logro tecnológico, sino una herramienta de protección civil. Si se logra identificar, por ejemplo, que el magma avanza por un conducto lateral, las autoridades podrían ampliar el radio de evacuación y tomar decisiones con mayor precisión.
“Esto no lo decide la inteligencia artificial, pero sí nos da información clave para actuar”, añade Calò.
Aunque existen investigaciones similares en volcanes de otros países, esta es la primera vez que se desarrolla un modelo tan completo del Popocatépetl, con un enfoque integral y apoyado en IA.
“Somos pioneros en México y competimos a nivel internacional”, celebran los integrantes del proyecto, quienes ya trabajan en refinar aún más este mapa interno del volcán más vigilado del país.