La lectura es de los mismos ciudadanos. Los primeros meses de la gestión del alcalde José Chedraui Budib fueron como navegar en medio de una tempestad.
No solo se trató de los efectos del ‘hoyo financiero’ provocado por el periodo yunquista de Eduardo Rivera Pérez y su socio Adán Domínguez, también fue la ola delictiva que azotó a toda la Zona Metropolitana de Puebla (ZMP), desde San Matías Tlalancaleca hasta Amozoc, pasando por las juntas auxiliares de la capital.
Desde un inicio, en el periodo de entrega – recepción se señaló que había un enorme boquete en las finanzas del ‘Charlie Hall’.
El funesto periodo yunquista saqueó a manos llenas las arcas municipales. Lo apuntamos a su debido momento; fue la mayor rapiña en la historia de la ciudad de Puebla. Simplemente no tuvo parangón, ni precedente.
El daño a la hacienda municipal se resiente hasta la fecha y Chedraui lo ha dicho en múltiples ocasiones. Por eso el arranque de su administración fue difícil y complicado.
Otro rubro es el tema de la seguridad pública.
En meses recientes presenciamos una ola criminal producto de los seis años de abandono en materia de seguridad -tres de Claudia Rivera y otros tres de Eduardo Rivera-, en los que se relegó la responsabilidad de aplicar orden en las calles de Puebla.
Por favor no debe olvidarse que Rivera Pérez incluso retiró las “ventanas ciudadanas” un sistema de cámaras de videovigilancia que contenía, inhibía a la delincuencia. A ese grado llegó la descomposición de su gobierno.
En Cúpula lo subrayamos, esas bandas delictivas no aparecieron hace siete meses. Se gestaron durante años y ahí están las evidencias.
A los grupos del hampa local debe agregarse la entrada a Puebla del “Operativo Barredora” brazo armado del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que no llegó desde Guadalajara, la perla de Occidente, sino desde el cercano estado de Tabasco.
Aún quedan algunos sicarios que rondan en toda la Zona Metropolitana de Puebla. Se trata de un apéndice del grupo criminal que dirigía Hernán Bermúdez Requena desde su oficina en Villahermosa.
Estos factores generaron un inicio complicado para Chedraui. Sin embargo, luego de la tempestad viene un periodo de estabilidad.
De manera paulatina pero firme el presidente municipal retoma el control. Es cierto que aún hay factores que enturbian y agravian a la sociedad poblana.
El enfrentamiento en la zona del estadio Cuauhtémoc es la evidencia de la violencia que priva en algunas organizaciones y que de ninguna forma debe ser tolerada. Ahí es donde debe aplicarse la tesis de ‘tolerancia cero’.
La rivalidad entre la Unión Popular de Vendedores Ambulantes, UPVA 28 de Octubre y las huestes de Antorcha Campesina se ha recrudecido. Las calles de Puebla no pueden ser rehenes de esas batallas.
La administración de Chedraui ha logrado estabilizar la vida de la ciudad en un periodo particularmente complicado.
En este contexto su declaración en horas recientes tiene fundamento. El alcalde levanta la mano para una probable reelección.
Tiene derecho. Ahora abiertamente se suma a la lista de aspirantes que tienen posibilidades reales, no sueños guajiros.
¿Quiénes son los protagonistas que tienen una aspiración fundada, real y factible?
Solamente son tres, la Diputada presidenta del Congreso del Estado Laura Artemisa García Chávez, el coordinador del gabinete José Luis García Parra y el alcalde José Chedraui Budib.
El destino de Rodrigo Abdalá Dartigues está atado al de su protector Manuel Bartlett Díaz quien atraviesa por la mayor crisis de su carrera.
Sin embargo, como lo hemos apuntado, el futurismo no se decide en una mesa de café o una declaración.
La institucionalidad no es regla de un partido; es el cimiento, la base de la política mexicana.
Y esta norma dicta que todos los cuadros y agentes deben atender una sola directriz, la que apunte el jefe político del estado.
Los aspirantes tienen el legítimo derecho de expresar sus propósitos, pero la decisión final solo saldrá del despacho principal del CIS.
Estaremos atentos.
Como siempre quedo a sus órdenes.
cupula99@yahoo.com