Fue uno de los episodios más ásperos de los últimos años. Luego de la ejecución de dos elementos de la Policía Municipal la indignación se desbordó en la corporación.
Los hechos ocurrieron la madrugada del sábado primero de marzo. Ante la gravedad, el alcalde Chedraui Budib destituyó de manera fulminante al subsecretario Gustavo Alonso González Zapata, clave “Sauce”.
Por supuesto la versión oficial señaló una “renuncia con carácter de irrevocable” pero en realidad fue despedido de manera drástica.
Por otra parte se han ventilado nombres de oficiales que aún tienen vínculos con “Sauce”. Se menciona a los elementos Keila Samai Casales Pérez, Isaac Hernández Márquez y Sergio Josaphat Catana.
Otro punto que debe subrayarse es que las células del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) el llamado ‘Operativo Barredora’ y el ‘Grupo de Operaciones Especiales Mencho GOEM’ no son privativas de la capital.
Ambos grupos se mueven por toda la Zona Metropolitana de Puebla (ZMP); desde San Matías Tlalancaleca hasta Amozoc.
En los momentos posteriores a la crisis, en un hecho inédito el alcalde Chedraui enfrentó el problema de manera directa. El presidente municipal llegó solo a la protesta que realizaban policías municipales para escuchar y atender sus demandas.
Subrayamos, el alcalde fue solo. Ni regidores, ni directores lo acompañaron. Él y su tacto enfrentaron la indignación de toda una corporación.
Los uniformados le hicieron saber que también pedían la destitución de Fernando Rosales Solís.
En este punto conviene hacer una acotación. Rosales fue uno de los mejores agentes antisecuestros que ha tenido Puebla. En esa área entregó resultados contundentes. Su experiencia se centraba en el terreno de las investigaciones. El funcionario de ninguna forma es un improvisado o desconocedor.
Lamentablemente no supo adecuarse a un trabajo al ras del piso. Confió excesivamente en González Zapata clave “Sauce” y las circunstancias se tornaron adversas.
En días recientes trascendió el nombramiento de Jorge Arturo Rodríguez Pucheta al frente Subsecretaría de Operatividad Policial.
En la evaluación de funcionarios Chedraui hará los cambios que sean necesarios. No se quedará cruzado de brazos, como hicieron sus antecesores.
MANOTAZO EN LA ZONA DE CIUDAD SERDÁN.
El martes 4 de marzo se dio un inusual, un atípico despliegue de fuerzas federales y estatales en la zona de Ciudad Serdán.
Efectivos de la Sedena, Marina Armada y Policía Estatal se extendieron desde Azumbilla hasta Tlachichuca. Fue un contingente de aproximadamente 200 uniformados.
Ese día se pensó que era un operativo de seguridad en carreteras. Pero el tema iba más allá.
Desde ese momento estaban “cazando” a los hermanos González Vieyra que gobiernan tres municipios de la región.
La detención se dio el viernes 7. Elementos del Ejército catearon las propiedades de Uruviel González Vieyra, presidente de Ciudad Serdán y Giovani, alcalde de Tlachichuca, quienes quedaron a disposición de la Fiscalía General del Estado y en específico del área Especializada en Secuestro y Extorsión. Se deduce que los cargos son por delitos graves que no alcanzan libertad bajo fianza.
Un cordón de incondicionales de Ramiro González, munícipe de San Nicolás Buenos Aires, evitó que fuera detenido. Sin embargo, ya es buscado por medio de un operativo especial.
Estamos ante el primer manotazo del gobernador Alejandro Armenta frente a presidentes municipales.
En Cúpula lo hemos subrayado. Toda estrategia de seguridad atraviesa inevitablemente por la revisión de las actividades de los ex ediles y alcaldes en funciones. Algunos de ellos están involucrados hasta el tuétano con grupos criminales.
Esas oscuras relaciones de colusión iniciaron durante el morenovallismo. En esa etapa se dio una simbiosis entre autoridades y células delictivas.
La información estuvo en tarjetas informativas sobre el escritorio principal de Casa Puebla, sin embargo ningún presidente fue molestado. Todo alcalde que firmara el programa “Peso sobre peso” se convirtió en intocable. Aquellos que se sometían al modelo financiero morenovallista se volvían invulnerables.
El despliegue militar y policiaco de la semana pasada nos demuestra que esos tiempos quedaron sepultados bajo una losa.
El gobernador Alejandro Armenta no ha externado un posicionamiento al respecto aludiendo a la veda electoral. No expresó palabra, pero es obvio que estamos ante un manotazo del mandatario.
Se espera la misma contundencia frente al crimen que segó la vida del activista indígena de Coyomeapan Sergio Cruz Nieto.
El homicidio tiene un claro trasfondo político.
Como siempre quedo a sus órdenes.
cupula99@yahoo.com