El sábado pasado hubo marcha, decía representar el descontento y el hartazgo de millones, y la terrible situación política, económica y social de nuestro país… en un México donde su Presidenta tiene más del 70% de aprobación. Convocaron, se organizaron, utilizaron los medios de comunicación que poseen, en redes usaron millones de bots con un costo de millones de pesos, para promoverla creyendo que iba a ser un éxito y al final, cuando mucho, fueron quince o veinte mil personas, entre ellas, gente obligada por sus patrones, y gente probablemente pagada para crear desorden.
Los dirigentes del prianismo derrotado y resentido aprovecharon una convocatoria de jóvenes, quienes terminaron deslindándose de ellos; buscaron también montarse en el terrible acontecimiento donde perdió la vida Carlos Manzo, y la familia del presidente municipal fallecido también se deslindó.
Esta cúpula conservadora muy debilitada moral y políticamente no tiene la fuerza suficiente para hacer por sí sola una convocatoria propia, entonces sólo se trepa a otras, aún y cuando vaya en contra de su ideología y su propia historia, y eso se nota cuando gente como Alejandro Moreno convoca a la marcha argumentando ir en contra de “un gobierno corrupto”, siendo que él tiene infinidad de propiedades de procedencia dudosa y procesos de investigación por corrupción; Felipe Calderón convoca a protestar, “contra la violencia y el narcogobierno” cuando fue él quien incendió al país con su malograda guerra, y permitió la infiltración de los cuerpos de seguridad con gente como Genaro García Luna; o a Vicente Fox convocar, siendo un cómplice fundamental del fraude electoral y la usurpación de Calderón, que dio paso a la tragedia nacional.
Esa es la burda estrategia de ese grupúsculo en cualquier situación de la que puedan sacar ventaja, intentando encontrar por algún lado un descontento mayoritario donde no lo hay, y como no lo hay buscan generarlo, y si no, actuarlo. Son quienes sueñan con una invasión, una guerra civil o un golpe de Estado; con algo (preferiblemente violento) que les cambie su situación marginal, sin importarles las vidas, la soberanía o la democracia, y sólo para regresar a las mieles de los privilegios que perdieron.
Jorge Romero, dirigente nacional del PAN habla de que necesitan llegar a la violencia; el gran mercenario de la ideología Jorge Castañeda Goodman, dice que se tienen que hacer ya, grandes campañas negras de mentira, de chisme, contra la Presidenta Sheinbaum. En diversas entrevistas de la marcha del 15, podemos vislumbrar a gente con un odio personal e irracional hacia la 4T por razones que ni ellos mismos pueden explicar. Una combinación de resentimiento con una enorme ignorancia, que resulta en un evento marginal y violento.
La disidencia, la oposición, el desacuerdo y la protesta existen y son legítimas en cualquier democracia, sin embargo vemos convocar a las marchas y a la protesta VIOLENTA, a quienes nos acusaban de ser enemigos de México, de ser peligrosos, ignorantes, “huevones”, violentos y acarreados cuando protestábamos PACÍFICAMENTE contra un fraude electoral, un desafuero ilegal, una reforma energética, laboral o educativa, el autoritarismo y los crímenes de Estado, o contra la entrega del patrimonio nacional.
Esta cúpula derrotada y sus disminuidas huestes, las que nos decían que el cambio empezaba por uno mismo, que la protesta era de idiotas, ahora buscan utilizar a la gente como botín y como carne de cañón para regresar al poder al precio que sea, no les importa la gente o el país, son sólo sus personalísimos intereses.
Ellos son el ejemplo vivo de la frase “tonto el que cree que el pueblo es tonto”, la gente en su amplia mayoría confía en la Presidenta Sheinbaum y en los gobiernos morenistas porque hoy no hay aumentos de impuestos como en los tiempos de Calderón que aumentó el IVA del 15 al 16 por ciento, el ISR del 28 al 30 por ciento, y creó el IETU, mientras que les perdonaban enormes sumas a las grandes empresas; porque hoy no existen los gasolinazos como en el sexenio de Calderón, donde subió de 14 a 18 pesos, o en el de Peña de 18 a 26 pesos; porque los recursos millonarios que se daban a medios de comunicación o se dilapidaban en lujos, excesos y raterías de los gobernantes, hoy se destinan a las pensiones de adultos mayores, a las becas para los jóvenes y al apoyo a los productores del campo; porque de 2019 a la fecha el salario mínimo aumentó 176 pesos, es decir, se ha duplicado, mientras que en el sexenio de Fox subió sólo 6.50, en el de Calderón 9 y en el de Peña 26 pesos; porque han salido de la pobreza más de 13 millones y medio de personas y se ha abatido como nunca la desigualdad; porque no hay devaluaciones ni la hiperinflación que a muchos nos tocó vivir; porque no hay represión ni masacres de Estado como en Tlateloco, Acteal, Aguas Blancas, El Charco, Ayotzinapa, Tlatlaya, Atenco o Chalchihuapan; ni se controla a los medios cuando despedían y vetaban a Gutiérrez Vivó, a Carmen Aristegui entre muchos otros por salirse del guión oficial. Hoy los que salen a marchar violentamente contra la feroz dictadura morenista no son desaparecidos ni encuartelados, y como el sábado pasado, los que son procesados por delinquir, tienen a salvo todos sus derechos humanos. Hoy no se puede hablar de represión, quien cometa un delito, como lo es atentar contra la vida de un policía, destruir fuentes y monumentos históricos deben ser llevados ante la justicia y responder según la ley.
Esta derecha violenta que nos decía violentos por defender pacíficamente el estado de derecho, esta derecha desestabilizadora que nos decía desestabilizadores cuando marchábamos sin romper un solo vidrio, y esta derecha antipatriota que sin una razón válida prefiere una invasión extranjera porque sabe que el mexicano va a seguir respaldando a la 4T, seguirá intentando regresar por la mala. La estrategia de crear artificialmente condiciones de inestabilidad por parte de la cúpula prianista y de los empresarios y compadres que perdieron sus privilegios, todavía no prende y dependerá que así siga, en primer lugar de nosotros como mexicanos, que no nos dejemos engañar, que no perdamos de vista que lo que hacen no es por nosotros porque nos han demostrado que no les importamos, que nos quieren utilizar; y en segundo, dependerá de los gobiernos morenistas, que sigan construyendo sin parar la transformación prometida y hagan respetar el estado de derecho. Mientras sigamos en la ruta obradorista de no mentir, no robar y no traicionar al pueblo, tendremos 4T para rato.


