Entre los desaparecidos de Amozoc, al menos tres de ellos avisaron a sus familiares que regresarían a finales de agosto con dinero, pues irían a trabajar, pero no dieron más información, sin embargo, la preocupación aumentó entre sus seres queridos, toda vez que algunos desconocidos estuvieron contactándose con ellos, asegurándoles que “estaban bien”, con la finalidad de que no los buscaran.
DIARIO CAMBIO tuvo acceso a información recabada por la familia de uno de los 13 desaparecidos en Amozoc, se trata del joven Concepción Gilberto Pizarro Juárez, quien el pasado 11 de agosto llegó a su casa con su esposa, tomó sus cosas y le aseguró que iría a trabajar.
Indagando más en el tema y sus allegados, se concluyó que, Gilberto no se fue solo, con él iba su amigo Emmanuel Sánchez Romero, de quien tampoco se tiene información desde aquel entonces.
Ambos avisaron en sus casas que irían a trabajar, pero no dieron más detalles acerca de dónde y en qué, sin embargo, ninguno de ellos fue buscado de inmediato, debido a que se comprometieron con volver a finales de mes, lo que hizo que sus familiares esperaran hasta ese día para denunciar formalmente que los jóvenes estaban ilocalizables desde la segunda semana de agosto.
Del mismo modo, pasó con Luis Fernando Priego Luna, quien también dijo que llegaría de regreso a Puebla a finales de agosto, pero no fue así, convirtiéndose en otra víctima de la falsa oferta laboral por la que los engañaron, acecharon y desaparecieron.
Un desconocido llamaba para asegurar que ellos estaban bien
En la misma información a la que este portal tuvo acceso, revela que, las sospechas de que algo no andaba bien, comenzaron a hacerse más notorias a raíz de una misteriosa llamada que, en el caso de Concepción, recibieron sus familiares, con la intención de que no lo buscaran.
La esposa de Concepción contó haber sido contactada por un desconocido, quien le aseguró que, su marido estaba bien, pero que no iba a volver todavía, además de que le juró que, próximamente le haría llegar dinero para la renta, lo cual, al parecer, no ha sido así.
Con dicha información que ya está en manos de las autoridades a cargo del caso, se podría decir de manera no oficial -aún- que fueron víctimas del crimen organizado, que por medio de redes sociales los reclutó a través de falsas ofertas laborales en las que pudieron incluso sacarlos del estado.
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