El narcotraficante holandés Marco Ebben, uno de los criminales más poderosos y buscados internacionalmente, fue asesinado en un enfrentamiento con policías de Atizapán, Estado de México, debido a una operación fallida que se adelantó a su captura.
Ebben, quien contaba con una ficha de búsqueda en 196 países y una condena pendiente de más de siete años por tráfico de drogas, llegó a México para reforzar la guerra del Cártel de Sinaloa, específicamente contra la facción rival ‘La Chapiza’.
➡️ Únete a nuestro canal de WhatsApp para mantenerte informado al estilo de DIARIO CAMBIO
A sus 32 años, Ebben era un operador freelance, conocido como ‘broker’, que dominaba al menos siete idiomas y mantenía conexiones con poderosas mafias de todo el mundo, como las de Rusia, Albania y China. Su principal actividad era facilitar tráficos ilícitos, adquirir armas y abrir cuentas bancarias en paraísos fiscales, lo que lo convertía en un hombre de negocios para las organizaciones criminales más ricas.
Desde hace más de ocho años, Marco Ebben trabajaba para el Cártel de Sinaloa, facilitando la compra de armas y la inversión en puertos de Europa. Su relación con el Cártel se estrechó gracias al mexicano José Rodrigo Aréchiga, ‘El Chino Ántrax’, quien lo acercó a Ismael ‘El Mayo’ Zambada. Tras la detención de Aréchiga, Ebben emergió como una figura clave, viajando varias veces a Sinaloa para atender mejor las necesidades de sus socios.