Casi seis meses después de que la Guardia Nacional (GN) asegurara el rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco, colectivos de búsqueda de desaparecidos evidenciaron la magnitud del crimen en la zona.
Pese a que en septiembre de 2024 la GN detuvo a presuntos secuestradores y localizó restos humanos en el lugar, las investigaciones no avanzaron hasta marzo de 2025, cuando nuevas imágenes revelaron la existencia de crematorios clandestinos y pertenencias de cientos de víctimas.
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El colectivo Madres Buscadoras de Jalisco recibió en diciembre el testimonio de un sobreviviente y acudió al rancho, documentando con fotos y videos la presencia de hornos improvisados y objetos personales. A pesar de reportarlo, las autoridades estatales desestimaron el hallazgo al no encontrar personas con vida.
Fue hasta el 5 de marzo cuando Guerreros Buscadores ingresó nuevamente al Rancho Izaguirre y difundió imágenes de cientos de zapatos abandonados, obligando a que instancias estatales y federales retomaran el caso. La Fiscalía de Jalisco reconoció que la inspección previa fue insuficiente, pues recientemente se han localizado más restos óseos y áreas de entrenamiento del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, cuestionó la falta de acción de las autoridades locales, mientras que el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, se deslindó de responsabilidad, argumentando que el hallazgo ocurrió antes de su administración. La investigación sigue en curso.