La organización criminal conocida como La Barredora, que opera en Puebla desde hace al menos tres años, no es una célula independiente de la agrupación liderada presuntamente por Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad de Adán Augusto López en Tabasco, pues sus operaciones en la entidad poblana se dieron durante el auge del grupo delictivo tabasqueño, según confirmaron autoridades estatales y federales.
La organización criminal, que en Tabasco creció durante el sexenio de Adán Augusto López Hernández con presunto respaldo institucional, ha extendido su presencia a estados como Puebla, Veracruz y Chiapas, aprovechando vacíos de autoridad y rutas estratégicas para el tráfico de droga, migrantes y actividades de extorsión, además del huachicol.
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En el caso de Puebla, las autoridades estatales han detectado su operación en municipios como San Martín Texmelucan, Huejotzingo, Cuautlancingo y zonas de la capital, donde se dedican principalmente al narcomenudeo, huachicol, cobro de piso y secuestro.
Lo que diferencia a estas células que operan en Puebla es que no están integradas por delincuentes locales, sino por operadores provenientes de otras entidades, principalmente del sur del país.
El vínculo con la estructura original quedó al descubierto en enero de 2025, cuando fue detenido en Texmelucan Carlos Tomás N., alias “El Tomasín”, identificado por autoridades como uno de los líderes de La Barredora en Tabasco. Su presencia en Puebla evidenció el desplazamiento de líderes criminales tabasqueños hacia el centro del país.
Aunque en Tabasco el grupo llegó a operar bajo la fachada de “limpiar el estado de delincuentes”, las investigaciones lo colocan como una organización vinculada inicialmente al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y ligada a actos de corrupción institucional. Su presunto principal operador, el exsecretario de Seguridad estatal Hernán Bermúdez Requena, permanece prófugo de la justicia.
A pesar de algunos golpes y detenciones de ciertos líderes en Puebla, las autoridades reconocen que La Barredora sigue activa, ahora como una estructura en expansión, con células móviles que reproducen el modelo violento y de control territorial que se forjó en Tabasco.
En resumen, La Barredora de Puebla no es solo una “tocaya” de la tabasqueña: es una extensión operativa directa, con nexos comprobados, liderazgo desplazado y los mismos métodos de operación criminal.
La última aparición pública de La Barredora fue cuando se adjudicó el coche bomba en Coronango, un ataque directo contra las fuerzas policiacas de la entidad, donde solo se registraron dos heridos leves.