María Antonia N, la abuelita que fue asesinada en su domicilio hace un mes en la colonia Tepeyac, fue privada de la vida por su propia hija y sobrino, quienes planearon perfectamente su muerte para robarle más de 100 mil pesos; los presuntos responsables la agarraron a golpes y la envolvieron en cinta hasta que murió asfixiada y después, se intentaron hacer pasar por víctimas también.
La Fiscalía de Puebla ya detuvo a los presuntos responsables del feminicidio de María Antonia N la mujer de 64 años de edad que fue localizada muerta a finales de marzo de este año al interior de su domicilio ubicado sobre la Avenida Morelos en la colonia Tepeyac en la ciudad de Puebla.
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Se trata de Mariana Rosete N hija de la víctima y de Alberto Huerta N quien era el sobrino de la mujer. Supuestamente, ambos mantenían una relación sentimental (pese al parentesco) y planearon el violento robo en el que ‘se les pasó la mano’ para quitarle 150 mil pesos en efectivo a María Antonia.
Mariana fingió haber sido también víctima del robo pero la descubrieron
Aquella noche del 31 de marzo en que ocurrieron los hechos, Mariana Rosete N se encontraba en el lugar y dijo a las autoridades que ella y su mamá habían sido sorprendidas por delincuentes que supuestamente les habían cubierto de la cabeza lo que impidió que se percatara de la identidad de los responsables quienes le exigían a su madre que entregara el dinero que supuestamente tenía escondido.
Mariana Rosete explicó que cuando los criminales se fueron se encontró a su mamá con la cabeza envuelta en plástico, además, de que estaba amarrada con las manos en la espalda.
FGE investiga el caso y descubre que la propia hija de la víctima participó en el feminicidio de su madre
Un mes después del caso, la Fiscalía General del Estado informó a través de un comunicado que habían detenido a dos personas como los principales responsables del feminicidio, identificando a Mariana Rosete (hija de la víctima) y a Alberto Huerta (sobrino de María Antonia).
Los imputados colocaron a María Antonia cinta plástica adhesiva en la cabeza y en parte del rostro, además, le propinaron diversos golpes que le provocaron múltiples lesiones y finalmente la privaron de la vida a consecuencia de asfixia mecánica por estrangulamiento.