Cifras reveladas por la Secretaría de Salud sobre niñas de 10 a 12 años que dieron a luz durante 2024, exponen casos en que menores de edad fueron víctimas de abuso y posteriormente se convirtieron en madres prematuras. Entre los 30 casos expuestos se registran 5 niñas de Puebla, y algunas de ellas fueron víctimas de hombres cuya diferencia de edad era incluso superior a 20 años.
Las cifras forman parte de un registro nacional sobre los 30 nacimientos en México, con madres de edad muy baja y con edad del padre conocida.
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Un caso grave documentado en el estado de Puebla corresponde a una niña de 11 años, originaria de la capital, cuyo hijo fue concebido con un hombre de 32. Otro caso, en Tehuacán, muestra a una menor de 12 años con un padre de 33. En Izúcar de Matamoros, una niña de 11 años dio a luz y el padre tiene 26. Según el Código Penal Federal, cualquier relación sexual entre un adulto y una persona menor de 15 años es violación equiparada.
La información también incluye dos nacimientos en que tanto la madre como el padre eran menores de edad: uno de ellos entre una niña de 11 años y un adolescente de 13; otro entre una niña de 11 y un niño de 14. Si bien en estos casos no hubo adultos involucrados, el embarazo a tan corta edad continúa siendo un indicador de violencia estructural, omisión institucional y falta de protección integral.
Los datos fueron publicados por la Secretaría de Salud en el documento titulado “Los 30 nacimientos registrados en México durante 2024 con las madres más jóvenes y edad del padre conocida”. El listado incluye localidad, edad de la menor, edad del padre y diferencia de edad entre ambos. Puebla aparece en cinco de las treinta posiciones nacionales.
Según cifras del Subsistema de Información sobre Nacimientos (SINAC), en México cada año más de 8 mil niñas menores de 15 años se convierten en madres. Diversos organismos nacionales e internacionales, como el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), han señalado que el embarazo infantil es siempre consecuencia de violencia sexual, y que el Estado tiene la obligación de garantizar atención médica, psicológica y jurídica, así como sancionar a los agresores.
La información oficial no detalla si en los casos registrados en Puebla se iniciaron investigaciones penales ni si las niñas recibieron acompañamiento institucional. Lo que sí evidencia el registro es que estas menores fueron embarazadas cuando aún tenían 10 u 11 años.
