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El arco de la vida: a ocho años del 19-S, Lino revive el día que su vida cambió para siempre

Rolando Lino comparte su historia de supervivencia a 8 años del terremoto del 19 de septiembre de 2017 y la importancia del Arco de la Vida
El arco de la vida: a ocho años del 19-S, Lino revive el día que su vida cambió para siempre
Rolando Lino y daños en su propiedad por el sismo

A ocho años del terremoto del 19 de septiembre de 2017, la memoria de lo ocurrido sigue viva entre quienes lo experimentaron en carne propia. Rolando Lino Mina, habitante del Centro Histórico de Puebla, recuerda con detalle cómo ese día su vida cambió para siempre. “Lo primero que pensé fue: esto no puede estar pasando otra vez”, relató.

En entrevista para DIARIO CAMBIO, Lino recordó cómo vivió el sismo del 19 de septiembre al evocar la coincidencia con el aniversario del sismo de 1985, del cual también fue testigo siendo un adolescente.

Al relatar su historia, Lino le relató a esta casa editorial como vivió en carne propia el sismo del 2017 tras participar en el simulacro realizado a la escuela donde laboraba; indicó que fue de regresó a casa y cuando apenas se disponía a comer cuando comenzó el movimiento telúrico y en un abrir y cerrar de ojos su vida había dado un giro exorbitante.

“Lo primero que me pasó por la cabeza fue eso, decir ‘cómo es posible que otra vez esté temblando, no puede ser’, pero en dos segundos, tres segundos, comencé a darme cuenta el tamaño de lo que estaba ocurriendo por la sacudida tan fuerte que estaba teniendo el edificio en el que yo me encontraba”, expresó.

Dicho edificio donde Rolando Lino habitaba estaba ubicado en el corazón de la capital poblana en la 2 Norte, entre la 14 y la 16 Oriente, justo enfrente del Espacio 14 de la BUAP, un recinto destinado a actividades culturales.

“Ahí estaba mi casa. El balcón central, en la parte superior, era el de mi estudio”, recordó.

Hoy, esa casona que albergó años de historia y trabajo personal permanece en ruinas, como una huella visible del sismo que marcó la vida de muchas familias en el Centro Histórico de Puebla, precisó a este medio de comunicación.

Sin embargo, en ese momento Lino era consciente de los riesgos que implicaba vivir en una casona antigua del siglo XVI y lo primero que hizo fue resguardar a su gato y buscar protección en un marco de piedra que había identificado como la zona más segura de la vivienda, sin imaginar se convertiría en el arco de la vida, el arco que le dio la oportunidad de poder contar su historia 8 años después.

Desde allí observó cómo el polvo salía de ventanas y balcones mientras sus vecinos corrían para poder resguardarse, pese a todo el caos siempre estuvo presente el bienestar de su gatito, su hijo y su señora madre, mientras en las calles se llenaban de gritos, autos detenidos y piedras que caían de las fachadas coloniales.

El miedo se transformó en urgencia: “Lo primero que quise fue correr a buscar a mi hijo y a mi madre”, cuenta.

Lino, tras comprobar que ambos estaban a salvo, regresó a su hogar, solo para encontrarlo severamente dañado: muros colapsados, muebles cubiertos de piedras y polvo, y vecinos en shock.

Minutos más tarde, el Ejército ordenó desalojar: “En una hora tuvimos que sacar lo que pudimos. Esa noche ya dormí en una casa distinta y entendí que mi vida no volvería a ser la misma”, expresó

En ese momento se dio cuenta que aquel sismo del 2017 con una magnitud de 7.1 con epicentro al noroeste de Chiautla de Tapia fue el parteaguas que iba a definir el nuevo rumbo de su vida.

Lino no solo perdió su vivienda y pertenencias, también replanteó su forma de vida. “Fue un cambio radical. De un día para otro todo fue distinto, pero también me hizo consciente de la importancia de prevenir”, afirmó.

Hoy, cada 19 de septiembre y en el día a día, Lino adopta medidas de precaución: mantiene su teléfono cargado, documentos a la mano y observa siempre rutas de escape.

Lo que me salvó fue haber analizado antes mi casa. Si me hubiera puesto bajo un marco moderno, no estaría contando esto. La prevención hace la diferencia”.

Convencido de que la memoria es la pieza fundamental que puede ayudar a salvar vidas, por último, Lino concluyó dejando una experiencia de vida a aquellos que aún no saben cómo reaccionar ante un movimiento telúrico.

“Un sismo puede ocurrir en cualquier momento, hasta en el día que menos te lo esperas. Por eso hay que estar preparados y enseñar a los nuestros cómo reaccionar. Esa es la verdadera lección que me dejó el 19 de septiembre”, concluyó.

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Viridiana Venta

Actual reportera en la fuente de Ayuntamiento en Diario CAMBIO, egresada de la escuela de Comunicación y Ciencias Humanas, ha colaborado en distintos medios como El Popular, E-consulta en el área de...