Este 2025 se ha convertido, según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en uno de los años más lluviosos en Puebla, solo detrás de 2021 y 2020. Desde mayo, las precipitaciones no han cesado y podrían prolongarse hasta 2026, fenómeno que solo ha ocurrido una vez en los últimos cinco años.
La Conagua informó que durante este año las lluvias han mantenido un comportamiento constante y por encima del promedio histórico, alcanzando cifras que incluso superan a entidades costeras como Veracruz. Del 6 al 9 de octubre, las precipitaciones acumuladas en la Sierra Norte alcanzaron 788 milímetros, las más altas registradas en ese lapso.
Hasta septiembre, el acumulado de lluvias en Puebla llegó a mil 095.6 milímetros, el nivel más alto desde 2022. En comparación, en 2024 se contabilizaron mil 016 milímetros, mientras que 2021 y 2020 registraron mil 109.4 y mil 026.4, respectivamente, consolidándose como los años con mayor precipitación en la última década.
El promedio mensual de lluvias en 2025, medido en milímetros —equivalentes a litros de agua por metro cuadrado—, muestra la magnitud del fenómeno. En junio se reportaron 163.3 mm, en julio 139.3 mm, en agosto 187.8 mm y en septiembre 244.6 mm. Esta continuidad ha provocado afectaciones en zonas urbanas y rurales, con calles inundadas, árboles caídos, viviendas dañadas y deterioro en el asfalto que evidencian la fragilidad de la infraestructura hidráulica y vial ante eventos extremos.
Registro histórico, promedio de las lluvias
El comportamiento pluviométrico reciente contrasta con el de 2023, cuando el acumulado fue de 698.5 mm, concentrados principalmente en julio y agosto. En 2022, los meses más lluviosos fueron agosto y septiembre, con 194.7 y 220.5 mm, respectivamente.
De acuerdo con los registros históricos interpretados por la UNAM, el promedio mensual de lluvia más alto del siglo pasado ocurrió en 1941 con 99.8 milímetros. En contraste, el promedio de 2025 ya alcanza los 155.5 milímetros mensuales. Lo que confirma que el actual periodo pluvial se encuentra entre los más intensos desde que existen registros modernos.
Las autoridades han advertido que, de continuar este patrón, las lluvias podrían extenderse hasta los primeros meses de 2026. Lo que refuerza la necesidad de fortalecer la infraestructura pluvial, mejorar la gestión del agua y diseñar planes de mitigación ante desastres naturales en las zonas más vulnerables del estado.
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