El Poder Judicial del Estado de Puebla enfrenta una grave parálisis en la impartición de justicia penal: acumula 17 mil 929 causas penales pendientes de concluir, según el Censo Nacional de Impartición de Justicia Federal y Estatal (CNIJF-E) 2024 del INEGI.
A pesar de contar con un presupuesto de mil 744 millones de pesos, el noveno más alto del país, y una plantilla de 3 mil 61 trabajadores, la institución poblana resolvió apenas mil 618 causas penales durante el año, mientras que en el mismo periodo ingresaron 4 mil 660 nuevos casos.
Montaña de expedientes y mínima productividad
Las cifras revelan un atasco judicial monumental: por cada causa penal concluida, once siguen sin resolverse, lo que coloca a Puebla entre los sistemas más lentos del país en materia penal.
El rezago equivale prácticamente a una década de causas acumuladas si se mantiene el ritmo actual de resolución, lo que representa un serio cuestionamiento al desempeño de la estructura judicial poblana, integrada por 26 magistrados —el quinto número más alto a nivel nacional, solo por debajo de Ciudad de México, Estado de México, Jalisco y Chihuahua—, así como 124 jueces y juezas.
Presupuesto alto, justicia lenta
A pesar de contar con una de las nóminas más amplias del país, los resultados son desalentadores. Con mil 744 millones de pesos asignados en 2024, el Poder Judicial poblano supera en recursos a entidades con menor carga laboral, pero su eficiencia en materia penal es de las más bajas.
Durante el mismo año, los juzgados del estado emitieron un total de 28 mil 675 sentencias en todas las materias:
- Familiar: 16 mil 436
- Civil: 5 mil 947
- Mercantil: 3 mil 853
- Penal: apenas 1 mil 289
Estas cifras confirman que el ámbito penal es el más rezagado, representando menos del 5% del total de sentencias emitidas, a pesar de ser el que mayor impacto tiene en la percepción de justicia y seguridad entre los ciudadanos.
Un sistema saturado y sin resultados
Con casi 18 mil causas penales estancadas y una estructura que consume miles de millones de pesos al año, el Poder Judicial de Puebla muestra un desempeño que contrasta con su tamaño institucional y su peso presupuestal.
La justicia en Puebla, según los datos oficiales del INEGI, camina más lenta que una tortuga, y mientras el rezago crece, miles de víctimas y acusados siguen esperando una sentencia que parece no llegar nunca.
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