Un grupo de artesanos poblanos ha emprendido un viaje por distintos países de Centroamérica para exponer y vender en las calles las esculturas aterciopeladas que elaboran, compartiendo en cada destino la riqueza cultural de México. Actualmente, sus piezas de arte decorativo han captado la atención de quienes transitan por las avenidas de Managua, gracias a la singularidad de su textura y al colorido que las distingue.
Este grupo de poblanos ya ha recorrido en caravana Guatemala, El Salvador, Honduras y ahora Nicaragua, en donde han expuesto en las capitales de estos países sus esculturas cubiertas de terciopelo, las cuales se asemejan diversos animales como guacamayas y tigres.
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También reproducen iconografía religiosa, como San Judas Tadeo o la Virgen de Guadalupe, o incluso imágenes de personajes como Gokú, de la serie Dragon Ball Z, o de Chucky, el famoso muñeco del cine de terror.
Las esculturas, que a la vez funcionan como alcancías, están realizadas de cemento blanco y yeso, recubiertas con tela aterciopelada, similar a la gamuza. Asimismo, cuentan con un recubrimiento en la parte interior que sirve como sellador, protegiendo el dinero que se deposita adentro.
Los artistas poblanos viajan en un camión entre país y país, transportando sus esculturas y ofertándolas en las ciudades a las que llegan, mediante la realización de pequeñas exposiciones al aire libre en donde buscan llamar la atención de los transeúntes.
El precio de estas artesanías es variado, debido a su composición, forma y tamaño, sin embargo, oscilan entre los 300 pesos mexicanos hasta los 2 mil pesos.
De igual manera, han destacado que estás piezas de arte, debido a su alta calidad de elaboración, son capaces de resistir condiciones naturales como lluvias y vientos, ofreciendo la opción de ser decoraciones de jardín e intemperie sin ser afectadas.
Cada pieza es fabricada en México y de acuerdo con Giovanny Contreras, uno de los artistas poblanos, cumplen el propósito de acercar la cultura y tradición mexicana a los lugares donde residen miles de personas en América Latina.
Actualmente, los artesanos poblanos seguirán establecidos en diversos puntos urbanos de Managua, la capital de Nicaragua, esperando vender la mayor cantidad de piezas posibles para desplazarse de ahí a otro país.