El titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Vicealmirante Francisco Sánchez, reveló el plan de modernización del Centro de Comando, Control, Cómputo y Comunicaciones (C5) de Puebla a C7, que combina obras de infraestructura, con inicio de la primera etapa este año, y una actualización tecnológica escalonada que, en conjunto, sumará una inversión estimada cercana a mil 500 millones de pesos durante los próximos cinco años.
🚨#TeCuento | El titular de la Secretaría de Seguridad Pública, vicealmirante Francisco Sánchez, informó que Puebla aspira a transformar su actual C5 en un C7, uno de los centros de control más avanzados del país. Actualmente, México solo cuenta con dos C7, y la meta es… pic.twitter.com/Px2ox68bqv
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La meta expuesta por la Secretaría de Seguridad Pública es ambiciosa: que el C5 evolucione hasta convertirse en un C7 antes de 2030; el vicealmirante explicó que la transformación arrancará por la ‘habitabilidad’ del centro, un reclamo práctico que los operadores han planteado desde su apertura.
“Nuestro C5 por fuera es muy bonito, pero no es funcional, porque carece de alojamientos, carece de servicios de comedor, de literas, tenemos turnos las 24 horas de los 365 días del año”, comentó.
El vicealmirante señaló que la operación del centro es permanente, y por ello la importancia de tener un lugar con condiciones óptimas de habitabilidad. La primera fase, dedicada a ese componente, contempla la construcción de un nuevo inmueble con cocina, comedor y dormitorios; para ello se programó una inversión inicial de alrededor de 268 millones de pesos, parte este año y parte en 2026.
Gobierno del Estado prevé invertir mil 500 millones en 5 años
La segunda fase será eminentemente tecnológica. Según el titular de la dependencia, después de un diagnóstico y un levantamiento de necesidades se avanzará en la actualización de software, sistemas de comunicaciones y equipamiento especializado.
“Es un proyecto grande… alrededor de mil 500 millones a cinco años”, reconoció Sánchez en entrevista, e indicó que la calendarización plurianual permitirá compras, actualizaciones y capacitación progresivas.
🔴 #Entérate | El titular de la Secretaría de Seguridad Pública vicealmirante Francisco Sánchez informó que para el proyecto de la modernización del C5 se tiene contemplada una inversión cercana a los mil 500 millones de pesos; será un proyecto a 5 años dividido en 2 fases, la… pic.twitter.com/06fchqOuiZ
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El propósito operativo es claro: cumplir las certificaciones y supervisiones que exige el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública y homogenizar capacidades con otros centros de referencia en el país.
Modernizarán también los arcos de seguridad
Como parte de todo el proyecto se prevé también la modernización de los arcos de seguridad para incorporar tecnologías de rayos X y rayos gamma capaces de detectar armas, drogas o dinero en vehículos; la integración de los 17 Centros Estratégicos de Seguridad y Atención Turística con el C5; y el diseño de nodos móviles para despliegues según la incidencia delictiva.
El titular de la SSC recordó que el estado ya cuenta con siete arcos, pero que estos requieren equipamiento y software adicionales para cumplir la nueva hoja de ruta. También insistió en la necesidad de cuarteles permanentes para la Policía Estatal en municipios con alta incidencia delictiva -mencionó como ejemplo a Ahuazotepec- que permitan contar con destacamentos estables, entrenamiento y centros de mando locales como los C2.
Chihuahua, la inspiración para crear un C7 en Puebla
La inspiración técnica del proyecto provino, en parte, de visitas a otros modelos nacionales, como el de Chihuahua, el cual fue visitado recientemente por el vicealmirante y aludió a la aspiración de alcanzar ese estándar. En su diagnóstico sobre la rapidez de la obsolescencia tecnológica recurrió a una comparación coloquial: los avances en software son ‘muy similares a los teléfonos de las manzanitas’, por lo que el C5 debe actualizarse periódicamente para no quedar rezagado frente a las evaluaciones federales.
Cabe mencionar que el denominado C7 de Chihuahua es actualmente uno de los proyectos más avanzados del país en materia de centros de mando, pues amplía el modelo tradicional de los C5 al incorporar dos componentes adicionales: Coordinación y Colaboración interinstitucional, además de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano.
Esta arquitectura permite integrar en un solo nodo operativo a corporaciones estatales, federales y municipales, junto con áreas de inteligencia, análisis criminal, atención ciudadana, logística táctica y despliegue de fuerzas.
De acuerdo con información de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Chihuahua, el C7 concentra en un solo complejo la administración de las cámaras de videovigilancia, el despacho de emergencias 9-1-1, la operación del sistema de radiocomunicación estatal, el monitoreo carretero y la gestión de alertas AMBER, Alba y de violencia de género, además de contar con un Centro de Fusión de Inteligencia que procesa datos en tiempo real para generar productos de análisis estratégico.
Su modelo ha sido referenciado por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) como una buena práctica para la modernización tecnológica y operativa de los centros de comando en México.
Modernización se hará de forma programada
En el caso del C5 de Puebla, el paquete de actualización y modernización contempla, además, un componente logístico y operativo: estacionamientos para patrullas, áreas de entrenamiento y la posibilidad de mover recursos humanos y tecnológicos según la demanda. Fuentes oficiales señalan que la modernización se hará de forma programada para que cada año se puedan certificar avances y capacitar al personal técnico y operativo.
En suma: el proyecto busca no solo mejorar la infraestructura física sino transformar la capacidad de respuesta y vigilancia en tramos carreteros y municipios donde hoy la presencia estatal es limitada.
El secretario aseguró que el proyecto será programático y alcanzable, con la primera partida este mismo año, y dejó claro que la meta final, aspirar de un C5 a un C7 para 2030, obliga a planear con disciplina tanto la obra civil como la adquisición y actualización tecnológica, para que la ambición se convierta en resultados tangibles: operadores con mejores condiciones laborales, mayor capacidad de detección y reacción, y, en teoría, un sistema de vigilancia más capaz de contribuir a la disminución de delitos en Puebla.
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