Después de enfrentar una creciente ola de críticas dentro del movimiento feminista por presuntos actos de exclusión, censura y vínculos cuestionables, Olimpia Coral Melo, reconocida por haber impulsado la Ley Olimpia contra la violencia digital, ha reaparecido en la esfera pública con una nueva bandera: el activismo animalista.
La activista, que fue señalada por diversas colectivas y ex colaboradoras como Edurne Ochoa, ahora ha centrado parte de su discurso en la denuncia de la explotación animal en espacios públicos del estado de Puebla, particularmente en el municipio de Xicotepec de Juárez.
En una publicación reciente, Olimpia condenó el uso de animales para espectáculos y exhibiciones con fines lucrativos, haciendo referencia directa a los casos documentados por la organización Selva Teenek, que denunció públicamente el uso de changos bebés con pañales en oficinas municipales, situación que incluso fue difundida por cuentas oficiales.
“Esto es violencia. No justifiquemos la explotación en nombre de la ‘conservación’. Romantizar la esclavitud animal para entretenimiento o beneficio social es profundamente dañino”, expresó Olimpia en su pronunciamiento.
Este giro en el discurso de Olimpia Coral ha sorprendido a muchas dentro del activismo feminista, donde actualmente es objeto de severas críticas.
Diversas voces, como la de Edurne Ochoa, ex aliada clave en la promoción de la Ley Olimpia, había acusado a Coral de actuar con protagonismo, excluir a otras activistas y mantener vínculos con personas señaladas por delitos federales.
“Cuando decidió no reconocer a ninguna de las que estuvimos metidas en la Ley, me alejé”, declaró Edurne, quien además denunció actos de censura dentro del propio movimiento.
A estas acusaciones se suma el testimonio de una ex colaboradora que aseguró que Olimpia mantuvo relaciones políticas con figuras como Irene Yashica, madre de Holy Yash, ambas involucradas en un caso de represión en Chimalhuacán, y cuyos antecedentes han generado suspicacia dentro del movimiento.
“Yo monté a caballo sin conciencia. No sabía el mal que hacíamos. Pero hay una forma de cambiarlo. Si lo expongo, es porque creo que muchas personas contribuimos a esto sin saberlo. No nacimos agresores, nos hicimos”, afirmó en su declaración.
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