El pasado 4 de diciembre falleció el actor Eduardo Manzano, uno de los grandes referentes de la comedia, cerrando una trayectoria de más de seis décadas de televisión, cine y teatro.
Los días posteriores a la muerte del actor, surgieron múltiples historias del profundo cariño que su familia, colegas y admiradores le profesaban. También comenzaron a salir a la luz detalles sobre la herencia del comediante.
Tema que suele generar tensión en muchas familias; sin embargo, en el caso del actor Manzano, dejó más sorpresas que conflictos.
Una de las revelaciones que llamó la atención fue la participación de Ricardo Margaleff, dentro de los bienes personales de Eduardo Manzano, el cual decidió dejarle antes de su muerte.
Aunque no fue heredero directo en términos legales, sí recibió objetos muy significativos que demuestran el lazo tan estrecho que ambos construyeron en los últimos años.
El actor Eduardo Manzano dejó todo en orden, a diferencia de los casos mediáticos en los que las herencias desatan conflictos, litigios y distanciamientos.
Su testamento fue claro y sin cabos sueltos; no obstante, el comediante quiso compartir con Ricardo Margaleff una parte especial de su historia personal.
Ricardo Margaleff explico que heredo varios trajes emblemáticos usados por Eduardo Manzano durante sus mejores años en la televisión mexicana.
Estos trajes no solo son un objeto físico, sino una pieza viva del legado artístico del comediante.
“Me heredó muchísima ropa de Lalo que he utilizado en algunos proyectos… Ahí estuve enseñando algunos de los trajes que Susana amablemente hizo el favor de regalarme”, declaró Margaleff en una entrevista.
La familia de Eduardo Manzano, en especial su esposa Susana López, mantuvo una relación cercana con Ricardo y su esposa. Explicó por qué le entregaron estos valiosos trajes, símbolo de respeto y cariño.
El actor incluso confesó que ha comenzado a formar un pequeño “museo” en su casa con las prendas, un homenaje personal al legado del querido “Polivoz”. Cada traje representa no solo el talento de Eduardo Manzano, sino también la historia de la televisión humorística en México.
Reacciones dentro del círculo cercano
La entrega de los trajes no generó conflictos con la familia, ya que Ricardo Margaleff era considerado parte del círculo afectivo de Eduardo Manzano y Susana López.
La familia reconoció la cercanía entre ellos y la intención del comediante de que esas prendas quedaran en manos de alguien que las valorara profundamente.
Además de Margaleff, destacó el del productor, actor y director Jorge Ortiz de Pinedo en las reacciones posteriores a la muerte de Eduardo Manzano.
Según Susana López, Ortiz de Pinedo fue clave en la última etapa laboral del comediante, brindándole oportunidades y un espacio respetuoso para mantenerse activo a pesar de sus complicaciones de salud.
“Jorge y su familia fueron infinitamente amables con Eduardo. Le permitieron seguir trabajando en el programa a pesar de su salud. Le dieron paciencia, cariño, lo hicieron sentir cómodo… eso lo revitalizó”.
Jorge Ortiz de Pinedo no solo le dio empleo, le dio una razón para mantenerse animado y productivo.
Eduardo Manzano, pese a su avanzada edad, encontró en su trabajo un refugio emocional que le permitió mantenerse activo hasta que las condiciones de salud se lo impidieron.
El legado del “Polivoz”
Ricardo Margaleff es un ejemplo de cómo el legado de Eduardo Manzano continúa vigente. La verdadera herencia del comediante se encuentra en quienes compartieron trabajo, amistad y momentos significativos con él.
Sus trajes se convierten ahora en piezas que preservan parte de la memoria colectiva de la comedia mexicana, mientras que testimonios como el de Susana López y Jorge Ortiz de Pinedo revelan la esencia del hombre detrás del personaje: un profesional dedicado, un compañero leal y un ser humano que encontró en la risa un puente hacia millones de personas.
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