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Enloquece Steve Aoki el cierre de Dreamfields: en dos días acudieron casi 80 mil al festival de música electrónica

El encuentro apostó por seis áreas temáticas, un diseño inmersivo y un flujo operativo que permitió integrar audiencias distintas. La intervención espiritual del Padre Guilherme y la estética enmascarada de Claptone ampliaron el alcance narrativo del espectáculo
Enloquece Steve Aoki el cierre de Dreamfields: en dos días acudieron casi 80 mil al festival de música electrónica
Dreamfields México 2025, realizado en Plaza la Victoria

Con una producción a gran escala, seis escenarios temáticos y un ambiente de fiesta total, Dreamfields México 2025 cerró ayer domingo 16 de noviembre su primera edición en Puebla con broche de oro. Según estimaciones de la producción, en los dos días del festival asistieron más de 80 mil personas, superando las proyecciones iniciales.

La gran estrella del domingo fue Steve Aoki, quien se presentó en el Mainstage del Dreamfields ya prácticamente en las primeras horas del lunes. Su set, lleno de clásicos, beats pegajosos y la tradicional lluvia de pastelazos (“cake throw”) que caracteriza sus shows, desató la euforia de miles de asistentes. Aoki aprovechó para interactuar con el público poblano en múltiples momentos, lanzando pasteles al aire, levantando olas de luz y sonido, y asegurando un final memorable para el festival.

El DJ estadounidense es conocido por sus shows espectaculares y su entrega total; en Puebla no fue la excepción, combinando su energía explosiva con visuales potentes, láseres y momentos íntimos en los que se acercó bastante a la audiencia. El cierre de Steve Aoki no solo reafirmó su status de headliner internacional, sino que también confirmó que Dreamfields en la Ciudad de Puebla ha llegado con toda la fuerza.

Fe, beats y talento: Padre Guilherme

Uno de los momentos más singulares de la jornada lo protagonizó Padre Guilherme, sacerdote portugués que fusiona su vocación con la electrónica. Con su set de “house cristiano”, transmitió un mensaje que combinó la fe con la música: mezcló himnos religiosos, discursos breves de esperanza y melodías melódicas que conectaron con un público muy diverso.

En varios momentos, mostró imágenes de Cristo, la Virgen María e incluso del Papa Francisco, lo que generó una atmósfera casi ritual, distinta a la del resto del festival. Su participación fue recibida con curiosidad, respeto y mucha energía.

El enigma dorado: Claptone

Otro de los nombres esperados en la segunda jornada fue Claptone, figura enigmática de la escena house que ha construido una marca propia con su identidad enmascarada. Su música, mezcla deep house, tech house y melodías emocionales, aportó momentos íntimos y sofisticados al festival, contrastando con la explosividad de Aoki.

Dreamfields México 2025 dejó en Puebla una estampa clara: el festival ya opera en una liga mayor. Durante dos días, cerca de 80 mil personas ocuparon la Plaza de la Victoria de la zona de Los Fuertes y confirmaron que la marca tiene tracción suficiente para convertirse en un activo cultural estable para el estado.

La producción apostó por una arquitectura de seis escenarios: Machine, Afrodeep, Trancendance, Deep Dip, The House of Nightmare, Nuclear Reactor y un Mainstage monumental; que segmentó públicos sin fragmentar la experiencia. El flujo funcionó y permitió que convivieran perfiles muy distintos, desde quienes buscan techno duro hasta quienes acuden por la narrativa visual del espectáculo.

La edición apostó por una experiencia inmersiva más allá de la música. Juegos mecánicos, zonas de descanso, oferta gastronómica ampliada y un ecosistema de disfraces que se volvió parte del performance colectivo; con dinosaurios, ninjas, hadas y hasta personajes eclesiásticos que reforzaron el carácter lúdico del encuentro. El festival dejó claro que no solo vende música electrónica: construye una atmósfera.

Uno de los elementos más inesperados fue la presencia del Padre Guilherme, cuya intervención añadió un matiz social y espiritual inusual para un evento de esta escala. Su participación se integró como un punto de pausa reflexiva en medio de la intensidad del cartel, y abrió la discusión sobre el papel de la música electrónica como espacio de comunidad y acompañamiento emocional, no solo entretenimiento.

A nivel económico, el gobierno estatal destacó generación de empleos, ocupación hotelera al alza y una derrama significativa para negocios locales. Para Puebla, la apuesta estratégica parece clara: posicionarse como nueva plaza relevante para festivales de música contemporánea y competir con destinos consolidados en el circuito latinoamericano.

El cierre de Dreamfields con Steve Aoki operó como un statement: fue un broche de impacto que reforzó la narrativa de festival global. La presencia de figuras como Claptone, con su estética enigmática, terminó de completar un repertorio diseñado para cubrir todas las capas del ecosistema EDM. Con esta primera edición en territorio poblano, Dreamfields no solo cumplió expectativas: abrió una ruta de crecimiento y dejó lista la pista para regresar como un fenómeno cultural en expansión.

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Mara González

Egresada de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la BUAP, comenzó su carrera como fotoperiodista documentando la actividad del Club Puebla y posteriormente colaboró para distintas agencias fotográficas;...