Roberto Palazuelos salió a hablar sobre las críticas qué inundaron las redes sociales sobre su hotel Diamante K, ubicado en Tulum, Quintana Roo, negando que las sanciones recientes se debieran a abusos en los precios de hospedaje y alimentos, tal como se difundió en distintos medios, y aseguró que las actividades del resort continúan con normalidad.
La polémica surgió luego de que se diera a conocer que el establecimiento había sido clausurado temporalmente por las autoridades locales debido a los elevados costos de las habitaciones y los platillos. Según los reportes, una noche en el hotel podía alcanzar los 13 mil pesos, mientras que unos tacos llegaban a costar hasta 400 pesos. Sin embargo, Palazuelos rechazó que se tratara de un caso de abuso y aseguró que la situación fue exagerada por su notoriedad pública.
En declaraciones a un programa de televisión, el empresario explicó que las únicas fallas detectadas por las autoridades fueron no especificar en el menú la cantidad de mililitros o gramos de las bebidas y alimentos, así como la práctica de las camareras de dejar sobres en las habitaciones para solicitar propinas.
“Yo el único problema que tuve es que no tenía mililitros el menú y que las camareras dejaban unos sobres para la propina. Yo no sabía que eso era ilegal”, aseguró Palazuelos.
El también actor señaló que se le atribuyeron problemas que corresponden a otros hoteles de la zona, pero que por su fama se le responsabilizó de manera injusta.
“Generalizaron, ese es problema de otros hoteles, no míos, pero como yo soy el famoso, a mí me colgaron la nota”, comentó el actor.
Finalmente, Palazuelos insistió en que su hotel sigue operando y que las acusaciones sobre precios excesivos no corresponden a la realidad.
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