Más de 80 mil personas asistieron este fin de semana al Dreamfields México 2025 en la Plaza de La Victoria, en Puebla, consolidando al festival como uno de los nuevos gigantes de la música electrónica en el país.
Durante dos días, el encuentro desplegó escenarios temáticos, producción inmersiva y una oferta artística que combinó lo explosivo, lo enigmático y hasta lo espiritual.
Aoki incendia el Mainstage
El acto más esperado fue Steve Aoki, quien cerró la noche del domingo con un set cargado de energía, visuales de alto impacto y su característico “cake throw”. El DJ estadounidense hizo estallar al público al interpretar varios de sus éxitos globales, entre ellos, “Boneless”, “Turbulence”, “No Beef”, “Delirious (Boneless)”, “Azukita” y “Just Hold On”.
Aoki interactuó constantemente con los asistentes, levantó olas de luz y sonido y convirtió el Mainstage en un estallido colectivo de euforia, sellando un cierre inolvidable para la primera edición del festival en Puebla.
Uno de los momentos más inesperados fue el set del Padre Guilherme, sacerdote portugués que fusiona mensajes de fe con música electrónica.
Su presentación, cargada de visuales religiosos y breves reflexiones de esperanza, creó un ambiente espiritual que contrastó con la intensidad del resto del cartel.
Entre los temas más representativos de su repertorio incluyó: “Gloria EDM”, “Hosanna House Mix”, “Rise Up, Cristo Vive”, “Light of Faith (House Version)” y “Sanctus Drop”.
La infraestructura del Dreamfields Puebla 2025 destacó por su arquitectura de siete escenarios: Machine, Afrodeep, Trancendance, Deep Dip, The House of Nightmare, Nuclear Reactor y el Mainstage que permitió segmentar públicos sin romper la experiencia global.
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